El fin de semana pasado estuvimos visitando el Lago Constanza donde confluyen las fronteras de Austria, Alemania y Suiza. Dormimos en Lindau, una bonita y antigua población bávara que se mantiene como isla dentro de lago, estando unida a tierra por un corto puente. Uno de los objetivos del viaje era visitar Liechtenstein y su capital, Vaduz, ya que no la conocíamos.
Este pequeño país de apenas 160 kms cuadrados se puede recorrer en unas pocas horas. Vaduz tiene muy poco que ofrecernos aunque no en cambio sus altas y escarpadas montañas repletas de pueblecitos típicos (iguales que los alemanes y austriacos). Lo que si hay en la capital y de sobra son bancos, donde imagino que muchas de las fortunas de muchos ricos de medio mundo deben tener a buen recaudo sus caudales para ahorrarse unos eurillos de impuestos en sus respectivos países.
En la fotografía, el Castillo de Gutenberg, en Balzers (Liechtenstein), del siglo XIII. El de Vaduz, donde reside el Rey no se puede visitar.