Finalmente, llegó el momento de renovar el tejado de la casa de Turch, nuestra tortuga, que vive desterrada en nuestra terraza y que precisa de iluminación artificial ultravioleta (simulando el sol) y mantener una temperatura estable por encima de 22 grados para que no se nos congele.
Con una sierra de calar, he serrado un trozo de madera con el tamaño de su terrario y le he hecho dos agujeros, uno para la bombilla de calor y el otro para los ultravioletas. Por debajo de la tapa he puesto un medidor de temperatura WIFI para saber en todo momento como va el calorcito dentro de su casa.
Las dos bombillas están conectadas a enchufes WIFI y controladas a través de Alexa. La luz ultravioleta se enciende al amanecer y se apaga al anochecer automáticamente gracias a las «Rutinas» del asistente de Amazon.
Además, con una bisagra, he hecho una especie de tapa con su tirador para poder abrir fácilmente al terrario cada día para ponerle la comida (hojas de lechuga variadas).
El resultado es bastante bueno y la temperatura se ha incrementado en unos 6-8 grados de media. Turch parece estar bastante satisfecha.