Este fin de semana ha sido especialmente intenso. El domingo participé junto a Jordi, José Luís, Vicenç, Juanma y Josep en la III Carrera a la Peña Montañesa, de 24 kms, en el Pirineo de Huesca.
El despertador sonó a las 6:00 AM y después del desayuno nos fuimos a Ainsa donde nos esperaba el autocar que nos tenía que trasladar al Monasterio de San Victorian (el más antiguo de España) donde estaba ubicada la salida de la prueba.
A las 9:30 los 110 participantes tomamos la salida desde la cota 1.100. El primer obstáculo consistía en alcanzar la cumbre de la Peña Montañesa a 2.291 metros en menos de 2 horas, tiempo límite marcado por la organización para recorrer los 5 kms de la primera parte del circuito.
El descenso fue muy peligroso porque nos tuvimos que enfrentar a casi 2 kms de pedrera con un fuerte desnivel. Aquí comenzaron a aparecer las primeras caídas, cortes, heridas y puntos. Los servicios médicos de la Collada estuvieron ciertamente entretenidos durante toda la mañana atendiendo a los numerosos heridos y lesionados que pasaban por el punto de control.
En ese punto, después de casi 2 horas de carrera, aun quedaban 17 kms por caminos entre bosques, campos y barrancos. Y si ya de por si, eso no fuese bastante, la temperatura a las 11 de la mañana ya estaba por encima de los 30 grados.
Pasado el kilómetro 14 la carrera se volvió un auténtico infierno. Una vez terminado el bosque, nos enfrentamos a un sol terrible que nos golpeaba sin cesar mientras que nuestras piernas a duras penas subían y bajaban las suaves colinas de camino a la Ainsa por los caminos más pedregosos que había visto nunca jamás. Aun quedaban por llegar los 2 kms de lecho de rio entre guijarros, agua y barro que nos condujeron hacia el Polideportivo de la Ainsa, donde se encontraba la llegada.
En mi caso, la agonía duró 4h 01′ 04» después de casi 24 kms, 1.589 metros de desnivel acumulado de subida, 2.063 de bajada y 35 grados de temperatura a la llegada. Quedé en la posición número 76 de los 90 que finalmente fueron capaces de llegar a meta en tiempo. Sólo 4 de los 6 que íbamos terminamos la prueba.
Después de 20 maratones, esta ha sido la prueba athlética más dura en la que jamás he participado.