Pese a que hacer una pizza aceptable es relativamente sencillo, cocinar pasta representa un reto mayúsculo para muchos restaurantes italianos de nuestro país, muchos de ellos regentados por locales que han estado a lo sumo en Italia un par de veces.
El último ejemplo es la pizzeria restaurante Neptuno, en Guadix donde debió alertarnos que ni siquiera sabían escribir los nombres de los platos correctamente (en vez de «Prosciutto» escribían «Prossuto» o «Penne rabiata» por «Penne all’arrabbiata»).
Nos pedimos unos Penne al Pesto y lo que nos trajeron fueron unos macarrones que habían hervido como 30 minutos al menos (los Penne tienen los bordes cortados en diagonal mientras que los macarrones son rectos) con una salsa que debería ser constitutiva de delito.
El pesto es muy fácil de hacer: albahaca, piñones, ajo, queso parmesano, queso pecorino y aceite de oliva. En cambio nos trajeron un revuelto infernal de nata (NATA!!!!), hojas de albahaca y sal.
Podría admitir variantes en los que se le quita el pecorino o que no se ponen piñones o incluso donde la albahaca está menos triturada pero ponerle nata…!. Podría también hablar del resto de platos que pedimos pero lo resumiré diciendo que fueron un desastre absoluto.
Mi consejo es que si vas a un italiano y más del 10% de los platos de pasta llevan nata (también llamada «crema») o los nombres de los platos tienen errores de ortografía, debes salir corriendo del sitio.