Ayer dando una vuelta por el Parc de la Ciutadella, en Barcelona, entramos en uno de mis lugares favoritos de la ciudad: en el Umbracle.
Es un edificio que alberga un pequeño y bucólico bosque frondoso de sombra y que fue construido entre 1883 y 1887 por Josep Amargós.
Vale la pena entrar y dar una vuelta de 3 minutos para admirar la construcción y el jardín en la penumbra que alberga.