He llegado hoy a las ocho y pico de la tarde a Newcastle y entre pitos y flautas estaba en el hotel a las nueve, una hora demasiado tarde para salir a cenar por lo que he dado una vuelta por la ciudad y me he topado con un sitio de kebabs.
Tengo que decir que los durums son una de mis comidas favoritas por lo que he decidido cogerme uno y comérmelo en el hotel tranquilamente. El sitio, en Newgate Street, se llama Yummies y la verdad es que sacaba bastante buena pinta.
El encargado hablaba un inglés bastante limitado y encima con acento norteño con lo que la comunicación ha sido complicada. Me ha dicho si quería el durum con patatas o con ensalada y le he dicho con patatas y cuando me lo trae resulta que las había puesto dentro del wrap. Es decir, que en vez de ponerme lechuga y tomate junto a la carne, me ha puesto patatas fritas.
¿En que cabeza cabe el poner patatas fritas dentro de un durum? Esto está a la altura de ponerle chorizo a la paella y explica en cierta manera la decadencia culinaria en la que se está sumiendo Inglaterra y que hace que proliferen como nunca los obesos y los borrachos o una combinación de ambos.
Al final, tengo que decir, que no estaba malo pero he echado de menos la ensalada y la salsa de yogur. Eso sí, el tio me ha puesto tanto picante que me he tenido que beber como 2 litros de agua.