¿Porqué soy feliz?

Ya no queda duda entre los expertos, entre los que obviamente me incluyo, que la felicidad está basada en cuatro aspectos básicos: bienestar, conexiones significativas, micromomentos de felicidad y tu propósito en la vida. Analizando personalmente cada uno de ellos explica mi alto nivel de felicidad.

    • Bienestar. Tengo salud y me encuentro bien. No es algo fortuito, sino que me esfuerzo por hacer deporte regularmente, tener pulsaciones bajas y no preocuparme demasiado por las cosas de la vida para tener una mente sana. Además, tengo mis necesidades vitales bien cubiertas con una vida fácil y una casa bonita y ordenada. Hace ya tiempo que eliminé de mi vida el exceso de cosas inútiles y ahora mismo con poco dinero sería capaz de vivir sin problemas.
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    • Conexiones significativas. Tanto en el trabajo como a nivel personal tengo gente que me importa y a la que quiero. Personas que llenan mi vida por completo y que me hacen crecer. Ya no quedo con gente que no me aporta nada o que no tienen nada que decir y en cambio intensifico las relaciones que me hacen pensar y que me estimulan. Mis hijos están en el centro de mi constelación en una relación de intercambio y no solamente de yo hacia ellos.
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    • Micromomentos de felicidad. A muchos de los «expertos» en felicidad se les escapa esta componente fundamental: la felicidad es la suma de micromomentos de felicidad. Siempre tengo a mano (en Google Keep) mi agenda de cosas que me generan pequeños momentos de felicidad como esperar los sábados por la mañana a que mis hijos vengan saltando a mi cama, o una cena con los amigos, o la carrera del domingo, o el fin de semana en la nieve, o amueblar mi casita en Boltaña, o subir a la Peña Montañesa, o salir en moto para hacer un vermouth, o simplemente ver una serie en Netflix.
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    • Mi propósito en la vida. Hace ya 35 años que mi profesor de Servosistemas, Miguel Ramírez, pronunció esa mítica afirmación que sigue resonando en mi cabeza a diario: «El trabajo en vano conduce a la melancolía». Y es así, si no tienes objetivos, tu vida va a estar vacía. Yo tengo un montón: asegurar que mis hijos crecen y se desarrollan a todos los niveles, completar el árbol genealógico de mi familia y conocer su historia, visitar todos los países del mundo y documentar mi vida.

Fácil, ¿No?. Pues ya puedes ponerte a ello.