Guerra

Seguimos obsesionados con pelearnos entre nosotros. Por envolvernos en banderas que no nos han dado nada, más allá de un himno, una religión, un mundial o símplemente unas palabras que resuenan en nuestra tonta cabeza y que nos hacen pensar que los «otros» son los malos. Los más malos del mundo, y que hay que insultarlos, denigrarlos y porqué no, matarlos.

Al final unos pocos mueven su fantástica dialéctica y su fantástica maquinaria de marketing para hacernos pensar y creer lo que ellos quieren. Para llevarnos donde quieren llevarnos. Para odiar a otros. Para querer matarlos. Incluso por querer morir por ello. Ha sido así desde siempre, desde que hay memoria, desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer. La manipulación de los más tontos por parte de los más listos. Y sangre, mucha sangre y lágrimas.

Es entre tanto sufrimiento que vi ayer, casi por casualidad, esta fotografía casi poética que es el más vivo retrato de lo que es una guerra, del polvo que la envuelve, de la tecnología, del sufrimiento y en definitiva del despropósito que todo ella representa.

Israel, Ayal Margolin – Reuters

La fotografía ha sido realizada esta semana por Ayal Margolin para la agencia Reuters en Israel pero podría ser Vietnam, Irak, Ucrania o símplemente una película que vemos cómodamente desde el sofá de casa.

Vietnam

Aunque también hemos estado en Camboya, Singapur y Maldivas (de donde uno no debería regresar nunca), el grueso de nuestra luna de miel ha sido en Vietnam donde el segundo día me pillé amebas, hubo que ir al hospital y estar un día de descanso.

Vietnam es un país atractivo, rural y muy barato. Las principales ciudades, Ho Chi Min (la antigua Saigon) y Hanói son un auténtico caos a la hora de circular o incluso simplemente de andar. El peatón no tiene ningún tipo de prioridad; ni en los semáforos, ni en las aceras (invadidas constantemente por coches y motos) ni en los pasos de peatones.

Pero todo esto queda compensado por su cultura y por la majestuosidad de ciudades como Hué o Hoi An, ambas patrimonio de la humanidad, así como por su rica historia claramente visible a lo largo del país.

Palacio de Gia Long, Hué
Palacio de Gia Long, Hué

Vietnam, uno de los pocos regímenes comunistas que aun persisten, carece de democracia real, los medios de comunicación están controlados por el gobierno y la educación está políticamente influenciada por una visión característica de su historia más reciente. Sus habitantes, los que no tuvieron que emigrar al finalizar su guerra civil, ven a los Estados Unidos como los únicos «malos» en el conflicto que paralizó el país entre 1955 y 1975.

Sin embargo, y sin quitarle importancia y culpa a la masacre desproporcionada que Estados Unidos perpetró, los vietnamitas actuales y su gobierno comunista obvian o manipulan importantes partes de la historia tales como que la guerra se recrudeció cuando Vietnam del Norte, apoyada  y sustentada económica y militarmente por China y la URSS atacó en 1961 a Vietnam del Sur y extendió el conflicto a todo el país.

De los 3 millones de muertos aproximados que tuvo el conflicto, alrededor de 1 millón son atribuidos a los Estados Unidos (que tuvieron 60.000 bajas) mientras que el resto fueron causados por las propias milicias y ejércitos vietnamitas luchando entre ellos.

Telegrama de Servicio

 «… Su Majestad el Rey ordena comunique que el soldado Enrique Ventosa, fallero de caballería de Treviño, ha sido rescatado del enemigo el día 18/4/1922…»

Telegrama de Servicio
Telegrama de Servicio

El siglo XX comenzó con España ocupando importantísimas plazas en el actual Marruecos y Sáhara. Sin embargo, las hostilidades eran constantes por parte de la población marroquí y en 1920 el general Manuel Fernández Silvestre marchó desde Melilla sobre las montañas del Rif, donde habitaban las tribus que tradicionalmente habían sido más belicosas. Después de una rápida incursión en el corazón del actual Marruecos entre mayo de 1920 y junio de 1921, el ejército español sufrió una importante derrota en el trístemente célebre Desastre de Annual.

«En las cuatro horas aproximadas que duró el desastre murieron un total aproximado de 2.500 hombres españoles, a los que hay que sumar los ocupantes, 1.500 en total, de las posiciones de Talilit, Dar Buymeyan, Intermedias B y C, Izumar, Yebel Uddia, Mehayast, Axdir Asus, Tuguntz, Yemaa de Nador, Halaun y Morabo de Sidi Mohamed, todos muertos. Quedaron 492 prisioneros españoles de los que sobrevivieron 326, algunos de ellos fueron liberados al comenzar la misión de rescate llevada a cabo entre otros, por los miembros de la Delegación de Asuntos Indígenas Gustavo de Sostoa y Luis de la Corte, el resto fueron liberados en 1923 tras las negociaciones llevadas a cabo con Abd el-Krim por parte de Horacio Echevarrieta, a cambio de 80.000 duros de plata.» Fuente: Wikipedia.

Mi abuelo materno, Lorenzo Ventosa, en pleno servicio militar, estuvo luchando en esa batalla, fue hecho prisionero y liberado casi un año después. Mis bisabuelos recibiron este telegrama de parte del Rey Alfonso XIII el 25 de abril de 1922 comunicándoles la liberación de su hijo del que no sabian nada desde hacía meses.