Me sorprende que después de haber subido tantas veces al Castell d’Eramprunyà en Gavà aun no tuviera una entrada específica en mi blog.
La semana pasada, aprovechando que Blanca estaba en la guardería y que Pol tenía vacaciones en el colegio, decidimos realizar la ascensión al castillo desde la ermita de Bruguers, donde se puede aparcar el coche tranquilamente.
Aunque no existen estudios extensos sobre la historia del castillo, este se nombra ya en textos en el 957 por lo que es realmente antiguo. Es increíble que pese a lo bonito del camino y del lugar, el recinto del castillo continúe cerrado desde hace ya varios años aunque no hay que precocuparse porque hay un buen agujero en el vallado en su parte oeste, justo bajando un poco por entre los árboles.
Además de las espectaculares vistas, los restos del castillo son muy bonitos aunque uno de los aspectos que más me llaman la atención son las diferentes sepulturas antropomórficas, excavadas en la propia roca y que hay que ver.
Si estamos un poco en forma, el ascenso no nos llevarà más de 30 minutos y el único requerimiento es no ser un patoso, moverse bien entre piedras y seguir las indicaciones del GR92. Pol, con 3 años y medio, tardó alrededor de una hora porque aun va un poco lento y porque algunos tramos requieren un poco de técnica e ir con cuidado.
Es una visita imprescindible del todo.