Después de haber conducido unos cuantos miles de kilómetros por Inglaterra, Estados Unidos y España, tengo la plena convicción de que tenemos las mejores carreteras de entre los 3 países. De hecho, en Estados Unidos, incluso en ciudades como Los Ángeles, el asfalto está tan deteriorado que resulta difícil conducir con suavidad. Las conexiones entre ciudades tampoco están mejor y en muchas ocasiones el firme de la calzada está muy deformado por el paso de los grandes camiones.
En Inglaterra, la situación no es mejor y especialmente a la que te alejas de Londres en dirección norte, las autopistas brillan por su ausencia y las autovías con cientos de rotondas son las reinas para moverse entre grandes ciudades. Sin embargo, a la que te sales un poco de ellas, el escenario es bastante lamentable con asfaltos en mal estado, carreteras sin marcar y carriles muy estrechos.
Si combinamos la falta de vías rápidas, el exceso de radares y la extrema educación de los ingleses al volante, el resultado es que se corre poco, se contamina menos y hay una muy baja tasa de accidentes.
Todo esto me lleva a pensar que estamos malgastando demasiado dinero en España en carreteras, trenes y aeropuertos cuando lo comparamos con otros países bien desarrollados y que no pasaría nada si en vez de re-alquitranar las autopistas cada año, lo hiciéramos cada 3 años.