El Caracol Moro

El lunes de esta semana intentamos con Pol y Blanca la ascensión al Lago de Urdiceto, en los Pirineos Aragoneses, casi en la frontera con Francia. Está ubicado a 2.400 metros de altitud y se puede llegar en coche a través de una pista de 11 kms que se toma a la derecha después de pasar Parzán (provincia de Huesca). Eso sí, necesitas tracción total y no tener miedo a las alturas. Desde Margudgued te llevará alrededor de una hora y media.

En el camino de subida al Lago de Urdiceto en Huesca

Al final, nos tuvimos que dar la vuelta cuando nos quedaban apenas 500 metros porque estaba empezando a nevar bastante fuerte y no quisimos arriesgar. En la bajada, en uno de los paseos que dimos, nos encontramos un caracol amarillo, a 2.000 metros de altitud, entre la nieve y las pocas plantas que hay en la zona. Pol y Blanca se encapricharon de él, le pusieron un nombre neutro, «Cargolete», en honor a su hermafroditismo, y nos lo trajimos de vuelta a Barcelona y lo alimentamos todos los días. La verdad es que se le ve contento en su nuevo habitat.

«Cargolete» bajo las atentas miradas de Pol y Blanca

Después de estudiar un poco más a fondo el caracol, resulta que es un Caracol Moro o «Cepaea Nemoralis» bastante extendido en la mitad norte peninsular y que puede tener distintas coloraciones todo y que el amarillo es el más extendido en alta montaña.

Cuatro tipos de personas

Después de varios años preguntando a la gente y aun a riesgo de ser muy simplista y hablando en términos generales, creo que existen 4 tipos de personas:

  • Los que comen RúculaCaracoles: En general son personas inquietas, aventureras y sin complejos que no necesitan tener un gran coche ni un gran puesto para ser felices. Están acostumbradas a vivir fuera de la zona de confort y los cambios son admitidos con especial entusiasmo. Son seguras y fiables aunque a veces pueden transmitir inquietud si están en un entorno «anti-rúcula». Si se consolidan en entornos muy estables y duraderos perderán frescura, fuerza y alegría.
  • Los que comen Rúcula  pero no Caracoles: Son intrépidos e inquietos pero suelen tener problemas para ser plenamente felices. Necesitan la aprobación de otras personas (igual que casi toda la humanidad) y sentirse miembros de grupos numerosos en los que intentarán destacar y mostrar sus mejores cualidades. Son metódicos y estrictos aunque en ocasiones suelen perderse en las formas más que en los objetivos.
  • Los que comen Caracoles pero no Rúcula: Son probablemente los más felices de todos: con pocos complejos, naturales y afables. Son fieles a principios básicos y a tradiciones familiares; no son especialmente ambiciosos pero tienen fuerza para llevar a cabo grandes proyectos que no requieran riesgo ni aventura. Son profundos y sociales.
  • Los que no comen ni Caracoles ni Rúcula: Son personas con miedo al ridículo y con problemas a la hora de realizar cambios o enfrentarse a grandes retos. Son metódicos y fieles y la estabilidad les aporta felicidad y bienestar, sobre todo en entornos cerrados o de familia donde no existan factores externos que los perturben. También necesitan la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismos.

Por supuesto hay grandes excepciones, como Carles, al que me encontré ayer y no come  ni rúcula ni caracoles pero que debería estar en el primer o segundo grupo. A los que no están a gusto en el grupo que les ha tocado, siempre pueden cambiar: comenzando a comer caracoles o dejando de comer rúcula… parece fácil !!!.