El Puente de Morillo sobre el río Yesa, es una magnífica construcción medieval de la que no he sabido encontrar ninguna reseña histórica y al que no se puede acceder con vehículo.
De hecho, hace unos años intenté encontrarlo pero me perdí entre los profundos bosques que lo rodean. La mejor forma de visitarlo (en teoría) es desde Buerba, donde hay aproximadamente una hora andando aunque también se puede acceder desde Sampietro en 30 minutos después de más de una hora en coche por pista forestal en mal estado.
En esta imagen por satélite desde Google Maps podemos ver su ubicación exacta.
Hace unos días intentamos llegar desde Buerba a Sampietro a través del viejo PR-HU 44. Pese a lo nutrido de la expedición (mi primo Toni, Fer, Raquel, Oscar, Gonzalo, Benjamín y yo) e ir equipados con cámaras, GPSs y demás artilugios electrónicos nos perdimos en mitad del espeso bosque de la zona y no tuvimos más remedio que volver sin haber alcanzado el objetivo. A donde sí llegamos fue hasta el rio Yesa, de aguas transparentes y puras y que en lo más bajo del recorrido marca el inicio de la ascensión hasta Sampietro.
Este es el punto de inicio del recorrido, donde comienza el sendero y que en teoría debería estar marcado, pero que al final resultó más difícil de lo previsto. En el hecho de perderse también pudo influir las indicaciones de un cazador de la zona que nos dijo «seguid por ese barranco que es más rápido». Cuando ya estábamos abajo de todo nos insistió en que ese era el camino correcto y que no sabía de ningún puente medieval (ver más abajo).
Y he aquí los expedicionarios, ya próximos a derrotarse y decidir volver hacia atrás: Raquel, Fer, Toni y Oscar. Gonzalo y Benjamín, mucho más expertos en este tipo de expediciones, detectaron que algo iba mal a los 15 minutos de salir y decidieron darse la vuelta.
Este es el magnífico rio Yesa. Aunque no lo vimos, aguas más abajo se encuentra el antiguo puente medieval, muy cerca de Morillo de Sampietro y paso obligado para acceder a Sampietr0. Lo anoto en mi Lista de Deseos para intentar alcanzarlo en una próxima excursión.