Gran Trail del Sobrarbe

Este fin de semana pasado, mi hermano y yo disputamos la Gran Trail del Sobrarbe en la distancia de Maratón en Ainsa (Huesca). A simple vista, el circuito no revestía mayor dificultad que una simpe maratón de montaña pero al final resultó bastante dura.

Terminé los 43 kms en GPS con un tiempo de 7h58′ y algo más de 2.000 metros de desnivel positivo acumulado. A las 8 de la mañana cuando arrancó la carrera, la temperatura era de 5 grados aunque disminuyó 3 o 4 grados a medida que ascendíamos y entrábamos en el bosque.

La media maratón la pasé por debajo de las 3 horas pero a partir del km 24 comenzó el infierno: una subida de casi 3 kms bastante empinada donde era imposible correr, 5 kms más de subidas y bajadas, 8 kms por un sendero de bicicleta con roderas super clavadas y para acabar de rematarlo, a 26 grados de temperatura, los 3 últimos kms nuevamente con subidas y bajadas cuando las piernas ya estaban exhaustas.

Yo, alrededor del km 35 con el Monte Perdido de fondo

Los últimos 10 kms no me gustaron en absoluto y la organización debería repensarlos para próximas ediciones.

Lo mejor del día fue terminé mi maratón número 43 y que si todo va bién, después del verano correré la Maratón de Palma de Mallorca.

Gran Trail Sobrarbe

Este fin de semana, mi hermano y yo hemos estado corriendo en el Trail Sobrarbe, de 30 kms y 1.100 metros de desnivel positivo. Aunque no era una prueba excesivamente dura porque ni siquiera se subía a la Peña Montañesa, sí era la primera competición de running en dos años y medio después de la pandemia y de mi rotura total de ligramento cruzado posterior.

Alrededor del kilómetro 12 en el Grain Trail Sobrarbe

Al final, las sensaciones han sido buenas y he completado el circuito en algo más de 4h 19′ con mucho frío a la salida y mucho calor a la llegada.

Por el Sobrarbe con Pol y Sofia

Esta semana hemos estado por la zona de Ainsa y Boltaña con Pol y Sofia (sin tilde) y hemos hecho un montón de cosas. Las minivacaciones han sido especialmente intensas para Pol donde ha tenido la oportunidad de hacer lo siguiente:

      • Jugar con perros.
      • Sentirse rodeado de un rebaño de ovejas.
      • Bañarnos en el rio en agua «fresquita».
      • Comer moras (muchas) directamente de las zarzas.
      • Comer manzanas y peras directamente del árbol.
      • Ver y tocar renacuajos, algunos de ellos casi-ranas.
      • Perseguir saltamontes y jugar con ellos.
      • Ver burros y acariciarlos.
      • Ascender a la Peña Montañesa (no hasta arriba de todo).
      • Andar por el monte (en total más de 10 kms).
      • Caminar por terreno muuuuuuy irregular.
      • Beber agua fría de fuentes naturales.
      • Atravesar un puente románico.
      • Perseguir gatos.
      • Ver una puesta de sol increíble entre montañas.
      • Redescubrir Margudgued andando desde Ainsa.
      • Ver y tocar setas.
      • Ver vacas, gallinas, patos y cerdos.
Pol y Sofia ascendiendo a la Peña Montañesa

En el vídeo de arriba, Pol transita alegremente por el sendero justo a punto de entrar en la pedrera de ascenso a la Peña Montañesa de 2.295 metros sobre el nivel del mar. Parece llano, pero no lo es.

El 4º Deseo

Este fin de semana hemos estado nuevamente por Ainsa y Boltaña para intentar hacer realidad mi cuarto deseo de mi Lista de Deseos. Hace 4 años nos compramos un pequeño huerto con una borda en la huerta de Guaso (aquí) con vistas increibles a la Peña Montañesa y a sólo 8 minutos corriendo de Margudgued (donde nació mi padre).

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Por cierto, nuestros vecinos más cercanos (Juan y familia) viven a unos 100 metros de nosotros en un antiguo molino rehabilitado y gracias al agua de la acequia disponen de una pequeña central hidroléctrica que les genera la electricidad necesaria.

De Nuevo en Ainsa

Una vez más, este fin de semana lo he pasado en Ainsa, en pleno Sobrarbe Aragonés, esta vez con Jordi, Mercé, José Luis, Natalia, Aina, Juanma, Teresa y Laura. Un resumen rápido:

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«No me siento las piernas»

Tres días después de subir a la la Peña Montañesa sigo con serios problemas de movilidad. Además de las agujetas típicas que aun no se han ido, tengo los gemelos al borde de la contractura, un poco quemados por el sol y encima con algunos picotazos de mosquitos (o bichos varios). Además, una uña del pie se me ha puesto azul y otra tiene pinta de seguir el mismo camino.

Sin embargo, tengo unas ganas locas de recuperarme un poco más y salir de nuevo a correr.

Sangre, Sudor y Piedras

Este fin de semana ha sido especialmente intenso. El domingo participé junto a Jordi, José Luís, Vicenç, Juanma y Josep en la III Carrera a la Peña Montañesa, de 24 kms, en el Pirineo de Huesca.

La Peña Montañesa desde la huerta de Guaso
La Peña Montañesa desde la huerta de Guaso

El despertador sonó a las 6:00 AM y después del desayuno nos fuimos a Ainsa donde nos esperaba el autocar que nos tenía que trasladar al Monasterio de San Victorian (el más antiguo de España) donde estaba ubicada la salida de la prueba.

A las 9:30 los 110 participantes tomamos la salida desde la cota 1.100. El primer obstáculo consistía en alcanzar la cumbre de la Peña Montañesa a 2.291 metros en menos de 2 horas, tiempo límite marcado por la organización para recorrer los 5 kms de la primera parte del circuito.

El descenso fue muy peligroso porque nos tuvimos que enfrentar a casi 2 kms de pedrera con un fuerte desnivel. Aquí comenzaron a aparecer las primeras caídas, cortes, heridas y puntos. Los servicios médicos de la Collada estuvieron ciertamente entretenidos durante toda la mañana atendiendo a los numerosos heridos y lesionados que pasaban por el punto de control.

En ese punto, después de casi 2 horas de carrera, aun quedaban 17 kms por caminos entre bosques, campos y barrancos. Y si ya de por si, eso no fuese bastante, la temperatura a las 11 de la mañana ya estaba por encima de los 30 grados.

Pasado el kilómetro 14 la carrera se volvió un auténtico infierno.  Una vez terminado el bosque, nos enfrentamos a un sol terrible que nos golpeaba sin cesar mientras que nuestras piernas a duras penas subían y bajaban las suaves colinas de camino a la Ainsa por los caminos más pedregosos que había visto nunca jamás. Aun quedaban por llegar los 2 kms de lecho de rio entre guijarros, agua y barro que nos condujeron hacia el Polideportivo de la Ainsa, donde se encontraba la llegada.

En mi caso, la agonía duró 4h 01′ 04» después de casi 24 kms, 1.589 metros de desnivel acumulado de subida, 2.063 de bajada y 35 grados de temperatura a la llegada. Quedé en la posición número 76 de los 90 que finalmente fueron capaces de llegar a meta en tiempo. Sólo 4 de los 6 que íbamos terminamos la prueba.

Después de 20 maratones, esta ha sido la prueba athlética más dura en la que jamás he participado.

Ascensión a la Peña Montañesa

Ya estoy inscrito a la III Carrera a la Peña Montañesa para el próximo 29 de Junio. La distancia total será de 23,75 kms, que no sería nada del otro mundo si no fuera porqué el desnivel de subida es de 1.200 metros y el de bajada de 1.762. Voy a tener que entrenar un poco porqué no va a ser fácil. Si no se rajan, iré con Jordi, Vicenç y José Luis.

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Este colosal macizo se encuentra ubicado en el Pirineo Aragonés, en la comarca del Sobrarbe. La foto está tomada desde su capital Ainsa y tiene una altura de 2.291 metros.