Tofu fermentado

Husmeando el otro día por un supermercado chino, compré un bote que no tenía ni idea que tenía dentro. Fue después cuando escaneé la etiqueta y me enteré de que contenía «tofu fermentado blanco». Y lo probé.

Tofu fermentado blanco

Tiene un sabor extraño y algo picante al pricipio y después se hace muy adictivo. Puedes comerlo como si fuera paté o como condimento en ensaladas, sopas o carnes. La verdad es que tiene un sabor muy característico, por decirlo de alguna forma, o sea que si no estás habituado a sabores nuevos, no lo pruebes.

A nivel nutricional, es todo un descubrimiento. Además de ser rico en proteínas, el hecho de que esté fermentado hace que sea especialmente interesante para la flora intestinal. Puedes comprarlo por menos de 3€ aquí.

Varios estudios en Japón han concluído que el consumo de soja fermentada disminuye el riesgo de muerte por problemas cardiovasculares en un 10-15%.

La decadencia de los restaurantes

Los restaurantes están en plena decadencia, al menos en Barcelona y Madrid aunque imagino que el resto de ciudades españolas deben seguir el mismo patrón.

En Barcelona es prácticamente imposible encontrar restaurantes auténticos en el Eixample, Poblenou, Ciutat Vella, Gràcia o en la zona de Paral.lel. Y aunque inicialmente alguien podría pensar que la culpa la tienen los turistas guiados por Tripadvisor o Google, la razón principal es que somos los usuarios autóctonos los que estamos acabando con los mejores restaurantes en Barcelona.

Lo que se lleva ahora son los restaurantes «modernos» que intentan fusionar lo infusionable, que te obligan a comer con la música a tope, que te cobran 6€ por un poco de pan con tomate en una especie de pan transparente, que te ponen mantequilla en la mesa, que te sirven las bebidas en jarras de flores y latas, que te hacen comer el arroz con tenedores de madera, donde se te ponen a bailar los camareros en medio de la cena, … todo muy trendy. Y eso por no hablar de la droga de moda, Instagram y algunas redes sociales, que están destruyendo el placer auténtico de comer y sustituyéndolo por fotos guays.

Cuando miras quienes son los propietarios, la fórmula es siempre la misma: jóvenes en sus 30s con MBA, con padres con dinero, habituados a la coca y a las camisas y a los que el mundo les ha hablado y creen que la mejor startup que pueden montar es un restaurante «canalla». Creedme, en 2 o 3 años ese restaurante ya habrá cerrado.

Y luego están sus menús: para morirse del aburrimiento. En todos siempre hay lo mismo: tataki de atún, pan de cristal, hamburguesas de carne mechada, steak tartar, tacos, cebiches, mucho aguacate, kale,…. por un simple bocadillo te cascarán 25 euros, eso sí, con la etiqueta de «street food».

Pero, no os preocupeis, no todo está perdido. Si quereis comer bien, no vayais por esas zonas, no os metais en la trampa de las luces y de las mesas de colores y de los DJs y de los menús guays. La esperanza se llama Hospitalet, Badalona, Santa Coloma, Les Corts, Sant Adrià, Sant Andreu. Nadie «super-trendy» en busca de fotos espectaculares de un ceviche montado encima de unas patatas paja con un huevo adornado con sucedaneo de trufa y terminado con un poco de vaca vieja.

Si quereis volver a sentir los sabores auténticos en plena calma siempre podeis ir al mejor polaco de les Corts, comer ceviche o anticucho real en el Mar Azul, volver a las tapas en el Al-Andalus de Pubilla Casas o el Luna de Cornellá, degustar un coreano sin guiris por al lado en el Kangnam de Sants, comer pizza auténtica en el De Angelis de Collblanc, disfrutar de Ecuador en la Olla Manabita, de la auténtica comida de mercado en la Bodega Aragall en Sant Ramón o de un buen gallego en el Foxos de la Verneda.

No esperes en ninguno de ellos grandes reviews, ni manteles ni buena iluminación ni en la mayoría de los casos cartas en inglés. Eso sí, la comida es auténtica, porciones normales y camareros simpáticos. Si vas a un ecuatoriano, colombiano, peruano o dominicano por Hospitalet, descubrirás su cocina autóctona rodeado de otros comensales de ese país. En el último en el que estuve con Pol y Blanca, un venezolano, recuerdo a la señora que regentaba el local preguntarme que de donde era, que si era catalán y que raro que estuviera ahí, que no solía ser normal clientes no venezolanos en su mesa. Eso es lo que busco.

En los restaurantes auténticos, el servicio no es especialmente el más eficiente ni el más rápido pero… ¿eso de verdad importa cuando tienes todo el tiempo del mundo para disfrutar de una buena cena entre familia o amigos? No hay nada más odioso que los restaurantes con «doble turno» donde te fijan la hora de comienzo y fin de tu cena. De verdad que se me atragantan.

En resumen, déjate la camisa y tus sneakers pijas en casa y sal a descubrir la ciudad. Déjate también el teléfono y símplemente retorna al imperio de los sentidos verdaderos, el de los torreznos, el del choclo, el de los tomates que nunca han estado en una nevera, el del guiso de pollo sin avecrem y el de las acelgas en vez del duro e inmasticable kale.

La licencia de pesca en Aragón

Para poder pescar truchas (o barbos o madrillas) en los ríos de Aragón necesitarás la licencia de pesca y para obtenerla casi estar en posesión del título de ingeniero aeroespacial y tener los niveles de paciencia muy altos.

El formulario de solicitud de la Licencia de Pesca está accesible desde este link y lo primero que tienes que hacer es completar los datos de acceso con el enigmático «IDESP/IXESP» que después de más de 30 años por Internet, es la primera vez que veía. Lo mejor de esta primera parte del formulario es que el ejemplo que ponen de IDESP es de un DNI con formato antiguo (!!).

Después de un par de pantallas más iniciaremos el proceso de pago en el que es importante recordar que una vez completado, tendremos, que descargarnos el justificante de pago, que es al final la «Licencia» que debemos mostrar a la Guardia Civil o al Agente Forestal cuando nos aparezcan mientras estemos en plena pesca.

Licencia de pesca para Aragón

Recordad que para truchas están prohibidos los cebos naturales, vivos o muertos, tales como dragas y lombrices y que solo se permiten los artificiales tipo mosca, línea de mosquitos (técnicamente llamado «buldó con línea de ninfas») y cucharilla entre otras.

Si os quereis comer las truchas solo podreis pescar en los tramos de «Libre extractivo aguas trucheras» y en esta página encontrareis los mapas de todas las cuencas fluviales de la región para el año 2024.

Lotería o la cultura del esfuerzo

Siempre me ha fascinado el sueño de hacerse rico comprando un décimo de lotería o un número de la ONCE. Mucha gente aspira a ganar una ingente cantidad de dinero invirtiendo solamente 6 o 12 o 20€ y un par de minutos de su vida. Con las quinielas, aun podría entender un cierto grado de ciencia aplicada para intentar adivinar los resultados de los partidos o quizás conociendo la trayectoría de cada equipo en la liga pero… en la lotería, no. Absultamente no.

Si te paras algún dia a mirar el tipo de personas que hacen cola ante las administraciones de lotería, el perfil es siempre el mismo. Gente que no sabe absolutamente nada de estadística y que aspiran a que «un golpe» de suerte les haga ganar mucho dinero. A pocos de esos que hacen cola se les ha ocurrido pensar que hay otras formas de ganar dinero como estudiar durante 3 o 4 años, cambiar de profesión, arriesgar un poco cambiando de empleo o símplemente aprender idiomas o irse una temporada a algún otro país donde las oportunidades (y los salarios) sean mayores. Es demasiado trabajo o tiempo. La solución fácil es gastarse 20€ y esperar a la suerte.

En general, la cultura del esfuerzo y su expansión parece que no es algo que le interese a ningun gobierno, los cuales prefieren continuar generando ingresos con sus loterías antes que lanzar campañas para que sus ciudadanos se formen, estudien y tomen riesgos para crear un país más competitivo.

Por favor, deteneos un día delante de una administración de lotería y contemplad a la gente durante 20 o 30 minutos.

Una Cacyreus Marshalli en mi jardín

Hoy una bonita Cacyreus Marshalli ha estado revoloteando entre las flores amarillas de mi melonera. También se la conoce como mariposa del geranio y es originaria de Sudáfrica desde donde llego a Europa en 1980.

Una Cacyreus Marshalli en una flor de melón

En algunos lugares se considera una plaga porque sus larvas matan los geranios y no tiene depredadores naturales. Pese a todo, no deja de ser una mariposa bonita (haced zoom en la foto).

Y para acabar la mañana me he dado cuenta que me han vuelto a salir un par de Coprinellus Curtus en uno de los vasos donde sembré albaricoques.

Coprinellus Curtus

Como hace unas semanas, tan rápido como han nacido se han secado y solo han estado ahí unas 4 o 5 horas antes de desaparecer.

Control de dirección con Lego

Estas últimas semanas mis hijos y yo estamos jugando bastante con Lego. Más allá de seguir los manuales para seguir montajes, lo que realmente nos (me) gusta es construir cosas por libre y darle un poco a la imaginación.

Con Lego Technic y un poco de electrónica, la verdad, es que puedes hacer cosas bastante espectaculares y la mayor complicación no dejan de ser 5 o 6 mecanismos claves, uno de ellos el control de dirección. Aquí os dejo un esquema que he encontrado, no precisamente de Lego, pero que es totalmente aplicable si queremos contruir un sistema de dirección para cualquier tipo de vehículo. El montaje es tan claro que no precisa explicación adicional.

Control de dirección para Lego Technic (foto de Clementoni Mechanics Lab Set)

En otro momento publicaré algo sobre diferenciales. ese gran mundo que por mucho que haya montado ya unos cuantos aun no acabo de entender bien como funcionan.

Vino Celler Sampietro 2003

Mi padre, Alberto Sampietro Garcés, tenía un pequeño trozo de huerto donde cultivaba algunos árboles frutales, patatas, verduras y uva. Yo creo que no tendría más de 10 o 15 vides pero eran suficientes para cada año hacer varias botellas de vino totalmente artesanal y ecológico.

Conseguí rescatar esta antigua botella hace ya algunos años. Es de la vendimia de 2003 y el tipo de uva es Xarel.lo y Garnatxa. El huerto está ubicado en el término municipal de Castellet i la Gornal, en el Alt Penedés, en el límite de la provincia de Barcelona y a menos de un kilómetro de la de Tarragona. La ubicación del terreno donde se cultivó la uva de este vino se puede ver en Google Maps aquí.

El prensado de la uva fue realizado manualmente utilizando sacos de patatas donde dentro de los cuales se ponía la fruta y se retorcía hasta que todo el mosto se había extraído. En otras ocasiones también pisábamos la uva con los pies, a la vieja usanza, y de hecho por algún lado hay una foto de mis sobrinas en pleno proceso.

Esta mañana me he dedicado a «restaurar» la etiqueta antes de que se rompa del todo. Básicamente la he forrado con celo.

La oficina de cartas muertas

Spoiler Alert: Si tienes intención de leerte «Bartleby, el escribiente» de H.Melville, no sigas leyendo.

Definitivamente, Herman Melville se avanzó a su tiempo con «Bartleby, el escribiente» y quizás por eso nunca fue un autor de éxito en vida. La resistencia pasiva con inspiraciones gandhinianas (aunque Gandhi es posterior a este libro, escrito en 1853) desemboca en un final épico y triste al que la última página de la novela le pone el broche de oro.

La tristeza y soledad a la que se ve abocada la vida de Bartleby intenta justificarse en el hecho de que había trabajado en la oficina de cartas muertas de Washington.

Es necesario viajar al siglo XIX en Estados Unidos para comprender la fuerza de esos últimos párrafos, cuando el correo era la única forma de comunicación entre personas alejadas y especialmente en Estados Unidos, muy alejadas.

La oficina de cartas muertas en el US Postal Service (USPS) era la encargada de procesar todas las cartas que no habían podido ser entregadas por cualquier motivo y que carecían de remitente válido. El trabajo de Bartleby consistía en abrir esas cartas e intentar encontrar pistas para poder enviarlas o devolverlas a sus destinatarios o autores.

¿Puede alguien imaginar cuantas historias podían encerrarse en una sola carta?. Obviamente, la mayor parte de ellas terminaban quemadas por no poder ser entregadas, mensajes que nunca llegarían a su destino, cartas de amor convertidas en desamor, conexiones rotas para siempre, familias perdidas y probablemente soledad, mucha soledad. Y tristeza. Esa tristeza que indudablemente convirtió a Bartleby en esa persona mínima que muere silenciosamente tal como había vivido. Como el había preferido vivir.