Fue la semana pasada en Shaki que descubrí el sumak en un restaurante donde nos sirvieron un piti increíble y nos recomendaron ponerlo en la carne y el caldo para añadirle aun más sabor.
El sumak (o zumaque en español) es una especia muy habitual en Oriente Medio que se obtiene al triturar el fruto de la rhus coriaria para darle un toque ácido y agridulce a la comida.
Antes de irme de Azerbaiján, compré un par de bolsitas de sumak y durante esta semana lo he estado probando con pastas y ensaladas y realmente quedan muy buenas.
En España también se puede encontrar en algunas tiendas de especias o de productos árabes así que si estás ávido de nuevos sabores, este fin de semana puedes experimentar con el sumak.
Es necesario e importante. Nuestro ajetreado, estresante y demandante día a día no nos deja otra alternativa que invertir cierto tiempo en técnicas de mindfulness para volver a conectar con nosotros mismos. Básicamente para «descansar» nuestra mente y poder concentrarnos, sin distracciones, en nosotros mismos.
Nuestro entorno, Whatsapp, Instagram y la necesidad de ser super-guays 24/7 no nos llevará a ningún buen puerto. Solamanete va a crearnos stress innecesario y después vamos a tener que solucionarlo con mindfulness, yoga, meditación e historias de estas.
Aunque hay mejores técnicas. El Mindfulness no deja de ser un invento post-moderno para los urbanitas estresados que no son capaces de dejar de mirar el teléfono ni un solo minuto o de encontrar un mìnimo de paz interior consigo mismos sin ayuda externa.
Si realmente quieres ser más feliz, ólvidate del mindfulness e invierte tiempo en alguna de estas actividades: ir a pescar en solitario a un rio, levantarte temprano antes de que amanezca e ir a por caracoles, andar por la montaña en busca de setas durante 6 u 8 horas o símplemente, sal a andar rodeado de naturaleza y sin ir acompañado.
El único requisito es que no te lleves el teléfono y que no vayas con gente. Pruébalo. De verdad que estar junto a un rio, con tu caña, intentando capturar peces durante unas cuantas horas es 100 veces más efectivo que 60 horas de mindfulness o de yoga. Créeme.
Si tienes problemas con matar animales, siempre puedes devolverlos al agua como suelo hacer yo la mayoria de las veces (a no ser que se me aparezca una buena trucha que al final acabo comiéndomela para fortalecer el ciclo de la vida).
Si definitivamente eres animalista, prueba con las setas. Desde finales de septiembre y hasta el fin de noviembre, en los Pirineos (y en muchos otros sitios) vas a poder disfrutar de una experiencia única. Más barata y más efectiva que cualquier otra técnica que puedas encontrar en la ciudad.
Mi primer post después de unos días dando vueltas por la República de Azerbaijan, en el Cáucaso, no puede ser otro que el dedicado al Parque Nacional de Gobustán (Qobustan Dövlət Tarixi-Bədii Qoruğu en azerí) a menos de 70 kms de Baku.
Fue hace alrededor de 20.000 años, durante el Paleolítico Superior, cuando los seres humanos comenzaron a dibujar y excavar en las rocas del Parque de Gobustán para representar la flora, la fauna, rituales de caza y momentos de la vida de sus pobladores con especial énfasis en las representaciones de camellos, danzas, toros, estrellas y el sol.
En total existen más de 6.000 representaciones en las rocas comprendiendo un periodo de unos 15.000 años siendo el dibujo de una pequeña embarcación una de las más antiguas en todo el mundo en la que se representa un medio de transporte marítimo, nada extraño si se tiene en cuenta que el Mar Caspio se encuentra a no más de 5 kms en la atualidad y que hace 10.000 años estaba justo a las puertas de la colina en la que se halla el Parque.
La discusión que tuvimos después de ver la «embarcación» era sobre si era realmente un barco, una raspa de sardina o un cienpies,… aunque parece ser que hay bastante consenso entre la comunidad científica en el hecho que se trata de una embaración.
Alrededor del Parque de Gobustán se encuentran también los famosos volcanes de lodo y la famosa Gabal Dash.
Si estás por Azerbaijan y decides visitar el Parque, mi recomendación es que lo hagas desde su capital, Baku, y no como nosotros que decidimos dormir en sus inmediaciones en uno de los poquísimos hoteles (por no decir el único que existe) en un poblado desolado (Sangachal) en la orilla del Mar Caspio.
Una recomendación adicional: olvídate de encontrar una playa o de meterte en el agua en el Mar Caspio, al menos por esa zona. La orilla y el agua están bastante sucias.
Si algo está sobradamente comprobado es que la inteligencia no te proporciona felicidad. De hecho, las personas con un coeficiente intelectual (IQ) más elevado tienden también a ser los más infelices, arrastrados a la depresión e imcomprensión.
Para explicarlo siempre recurro al concepto de la «circularidad de la inteligencia». Cuando tu IQ es bajo, no sueles tener grandes preocupaciones en la vida, principalmente comer y pasártelo bien, pero a medida que tu IQ aumenta también sientes la necesidad de hacer o alcanzar otras metas tales como formar una buena y próspera familia, tener un buen trabajo, ser reconocido, etc…. y claro nada de eso es fácil de alcanzar y ahí empiezan los problemas y la frustación.
Pero ahí no termina todo, es cuando realmente tu IQ es muy alto cuando tus preocupaciones aunmentan porque necesitas llegar a entender el funcionamiento de demasiadas cosas, controlar los tiempos y alcanzar la perfección. Las expectativas de la gente excesivamente inteligente y brillante siempre suelen ser inferiores a lo que son capaces de alcanzar. Hay muchos ejemplos de mentes brillantes totalmente infelices: Albert Einstein, Steve Jobs, Van Gogh, Edgar Allan Poe, Beethoven o Newton, muchos de los cuales sufrieron depresión grave, pensaron en suicidarse, eran bipolares o manifestaron públicamente su infelicidad.
En los casos más severos de coeficientes intelectuales muy elevados, la necesidad de entender el universon y su funcionamiento se vuelve símplemente una quimera imposible arrastrando a sus protagonistas a la locura total. Probablemente los ejemplos más extremos los encontramos en Cantor, Boltzmann, Gödel y Turing.
Llegado a ese extremo de locura total, un IQ muy alto se convierte a nivel sintomático en un IQ muy bajo, tomando decisiones que carecen de ningún tipo de sentido y aceptando hipótesis y teorías totalmente descabelladas propias de personas con bajo coeficiente intelectual. A esa transición brusca de IQs podríamos llamarla «Transición Cero» y se sitúa entre los IQs más elevados y los más bajos.
Es interesante el caso de Kurt Gödel, uno de los lógicos matemáticos más importante de todos los tiempos, que vivió los últimos años de su vida obsesionado con la idea de que iba a ser envenenado por lo que solo comía comida cocinada por su mujer. El 14 de enero de 1978 falleció, según el certificado de defunción, por «desnutrición e inanición causadas por perturbaciones en la personalidad» al haber sido su mujer hospitalizada por un período de 6 meses.
Lo mejor, sin duda alguna, es no ser muy inteligente, como yo, entre IQ bajo e IQ medio, porque eso te dará toda tu vida mucha felicidad.
Una de las casas más emplemáticas de Margudgued era Casa Torres, la última vivienda del pueblo (o la primera según se llegaba por el camino desde Ainsa).
Recuerdo muy bien, desde que era pequeño, a sus dos ultimos moradores: Pilar de Torres y su hijo Gerardo.
Pilar era madre soltera y pocos conocían al padre de su hijo, Gerardo, por lo que durante toda su vida arrastró un sentimiento de culpa y de sentirse señalada por haber sido madre fuera del matrimonio en un pueblo de apenas 40 o 50 habitantes. Mi abuela incluso me había llegado a decir que el hecho de que Gerardo fuera ciego era consecuencia de la «vida alegre» de Pilar y que Dios por eso había castigado a su hijo nacido del pecado.
A pesar de todo, Pilar y Gerardo conformaban una familia peculiar: Gerardo era muy simpático y siempre estaba dispuesto a ayudar en todo. Recuerdo los corros de vecinos en verano, después de cenar, en la calle en los que siempre estaban Pilar y su hijo explicando cuentos e historias.
En Margudgued, cuando llovía lo hacía con intensidad, como es normal en el Pirineo, y en más de una ocasión el rio se desbordaba y el agua entraba en las casas. Recuerdo que en esas ocasiones cuando la calle principal se llenaba de agua, Gerardo (ciego!!!) salía con una bara de hierro, encontraba la arqueta de la alcantarilla en mitad del agua y con una pericia especial, la abría para que el desagüe pudiera tragar toda el agua de la calle.
Los problemas de inundaciones terminaron cuando hace 30 años o así se decidió canalizar el rio y construir un pequeño paseo a su lado.
En otras ocasiones, Gerardo actuaba de manporrero de cerdos, nuevamente con una habilidad especial para los animales.
En esta foto de 1983 tenemos a Pilar de Torres en medio de mi hermano y yo (el pelirrojo con gafas). Detrás mío tengo a mi abuela, Ángela Garcés Cambra y a su lado a mi madre, a mi padre y también está Mariàngels, una amiga de mis padres que había subido con su marido, Mario, a buscar setas con nosotros. La foto está tomada frente a Casa Sampietro donde nació mi padre.
Pero un buen día todo cambió. Pilar de Torres se estaba haciendo mayor y hace unos 30 años Gerardo decidió terminar con su vida tirándose al río después de preguntar a un vecino si el río llevaba mucha agua por culpa de las lluvias. Encontraron su cuerpo ahogado a medio camino entre Margudgued y Ainsa.
Pocos años más tarde, en 2001, también falleció Pilar y con ella terminó la saga de Casa Torres.
Una buena educación y sanidad públicas no son negociables. Un país donde solo pueden estudiar en la universidad las clases más pudientes o donde un cáncer te obliga a vender tu casa y a continuar trabajando para poder pagarte el tratamiento, no entiendo como puede etiquetarse como «el país de las oportunidades» o de la «libertad».
Biden ha renunciado hace un rato a presentarse a la reelección, menos mal, aunque no creo que tuviera ninguna posibilidad. Ha dejado en manos de Kamala Harris el disputarse la presidencia con el demonio sobre la tierra: Trump.
Tengo que decir que los tres me parecen de la misma calaña, representantes de la derecha más ultraortodoxa que puedas imaginarte, defensores de las clases, de la imagen pública por encima de todo y del vivir para trabajar. Y con todo, quizás Trump es el menos malo. El que menos se esconde, el más transparente, el que va de cara. El que símplemente no entiende porqué Estados Unidos tiene que gastarse tanto dinero en guerras que en el fondo ni le van ni le vienen.
Trump es el que es capaz de hablar y entenderse con Kim Jong-Un, con Xi Jinping, con Putin y con Maduro. Creo que es el único que entiende que la paz consiste en hablar y en ceder y que la guerra es una pérdida de tiempo y de dinero y en la que nunca hay vencedores (por favor, leed «Incierta Glória«).
Soy consciente de que este post va un poco a contracorriente y que puede ser controvertido: ¿Cómo puede alguien de izquierdas asegurar que Trump no es quizás el demonio al que el establishment internacional, con todos sus medios, desacredita todos los días?.
Ya vereis como Trump terminará con la guerra de Ucrania antes de Navidad. Y con sus muertos.
Durante los meses de junio, julio o agosto es imprescindible que visites el Alt Penedés y no por sus vinos o cavas sino por su fruta.
Puedes iniciar la visita en Sant Pau d’Ordal cualquier sábado o domingo de 9 a 2 de la tarde para comprar melocotones, paraguayos, nectarinas y patatas auténticas en el Mercat del Prèssec d’Ordal. De esas que nunca han estado en una cámara frigorífica ni embolsadas y que van directas del árbol a tus manos.
Puedes continuar en coche a través de las suaves colinas rodeadas de viñas y bodegas, sin rumbo fijo y sin pisar demasiado la N-340, y maravillarte con los pequeños descubrimientos que harás: panaderías auténticas, fincas donde puedes comprar la fruta casi directamente del árbol, desayunos en una bodega (como en Albet i Noya) o puestos a pie de carretera con ciruelas que no ves en la ciudad.
Si quieres fruta realmente especial, te recomiendo ir a la tienda de Esteve. Digo tienda por llamarlo de alguna forma. Es un gran garaje con cajas de fruta, tomates, patatas y muchas más cosas, casi todas cultivadas por los dos hermanos que regentan el negocio. Podrás además darte una vuelta por el pueblo.
Husmeando el otro día por un supermercado chino, compré un bote que no tenía ni idea que tenía dentro. Fue después cuando escaneé la etiqueta y me enteré de que contenía «tofu fermentado blanco». Y lo probé.
Tiene un sabor extraño y algo picante al pricipio y después se hace muy adictivo. Puedes comerlo como si fuera paté o como condimento en ensaladas, sopas o carnes. La verdad es que tiene un sabor muy característico, por decirlo de alguna forma, o sea que si no estás habituado a sabores nuevos, no lo pruebes.
A nivel nutricional, es todo un descubrimiento. Además de ser rico en proteínas, el hecho de que esté fermentado hace que sea especialmente interesante para la flora intestinal. Puedes comprarlo por menos de 3€ aquí.
Varios estudios en Japón han concluído que el consumo de soja fermentada disminuye el riesgo de muerte por problemas cardiovasculares en un 10-15%.