Durante muchos siglos las comunidades judías convivieron pacíficamente con cristianos y musulmanes en España hasta los siglos XIV y XV cuando fueron definitivamente expulsados o convertidos en 1492 por los Reyes Católicos a través del Edicto de Granada, promulgado el 31 de marzo de ese año.
En la comarca del Sobrarbe, en Huesca, existieron importantes vecindades judías durante siglos destacando la de Monclús como el núcleo más importante de población con unos 150 miembros más o menos. En la actualidad ya no existe este pueblo aunque sí quedan vestigios de su pasado junto a la inundada localidad de Mediano en el margen izquierdo del río Cinca. Ver ubicación de Monclús, aquí.
Pero la apacible vida de los judíos dejó de ser plácida a partir del siglo XIII. Dedicados en su mayoría a la «usura» (prestamistas), Monclús se convierte en un importante centro económico en toda Huesca gracias al suculento negocio del préstamo y a la ubicación estratégica del pueblo junto a uno de los pocos puentes que cruzaban el Cinca. Los reyes aragoneses comienzan a ejercer una fuerte presión impositiva que desencadena una pequeña revuelta de los judíos ayudados por recién llegados de Francia, donde habían ya sido expulsados. Una cosa lleva a la otra y el 3 de julio de 1320 la comunidad judía de Monclús sufre un ataque con muchos muertos llevada a cabo por los llamados «partorcellos», fanáticos cristianos provenientes del sur de Francia que se creían descendientes de los pastores de Belén y que cruzaron en gran número, alrededor de 5000, los Pirineos ese año.
En dicha matanza, se documentaron un mínimo de 35 fallecidos y participaron en ella algunos vecinos de pueblos cercanos (entre ellos 26 de Aínsa, 10 de Puértolas, 7 del propio Monclús, 6 de Boltaña, 4 de Olsón, 3 de Silves, Sieste y Espierba, 2 de Naval y de Ascaso y uno de Troncedo, de Buil, de Arcusa y de Aineto), todos ellos enjuiciados y condenados por ello.
Se sabe que al menos 10 de los supervivientes se convirtieron al cristianismo y que al menos unos 30 o 40 más se dispersaron por la comarca, muchos en Ainsa, y se les perdió la pista.
Los judíos conversos adoptaban principalmente dos tipos de apellidos: el del pueblo o ciudad (Monclús, Zaragoza,…) y el de santos. Esta última opción es la que parece como más probable como la del inicio del apellido Sampietro (o Sanpietro) por varias razones: 1) El apellido Sampietro se encuentra muy aislado en la zona del Sobrarbe entre el 1300 y el 1500 y 2) No hay constancia del apellido en la zona antes de 1300.
Así pues y dado que la única judería que existía en el siglo XIII en la zona era la de Monclús y por los motivos anteriormente expuestos, es más que probable que el apellido Sampietro provenga de judíos conversos que vivieron en ese pueblo hasta 1320.