El domingo fue el cumpleaños de Blanca y ya tiene un año. Aun no anda sola pero está casí ahí. A nivel de habla no pasa del «papapapa», «mememe», «kapamama» y el sobreusado «eiiiiiiiiiiincccc» con tono especialmente agudo.
La pobre Blanca ha vivido todo su vida confinada y aun no ha volado nunca en avión pero esperemos que esto se arregle pronto.
Esta semana ha sido carnaval y aunque no se ha podido celebrar como se debiera por culpa de la pandemia, Pol y Blanca han tenido una agenda bastante apretada en la guarderia. A continuación, algunos de los outfits elegidos este año.
El que más le gusto a Pol fue el de Micky Mouse, tanto que insiste en dormir con el todas las noches.
Hasta los años 80 del pasado siglo, lo casi habitual cuando una mujer se casaba era que dejara de trabajar y fuera mantenida por su marido. De esta forma, podía encargarse más eficazmente del mantenimiento de la casa y de sacar adelante la familia si esta crecía.
Y así lo hizo mi madre en 1966 cuando contrajo matrimonio con mi padre. Trabajaba de oficial administrativa en Zenker («Herederos de Pablo Zenker») llevando la contabilidad, gestionando pedidos y clientes. Según ella y según mi padre, era muy buena en lo que hacía y muy querida por sus compañeros y jefes.
Liquidación final de María Luisa Ventosa para Herederos de Pablo Zenker
La liquidación final o finiquito, tal como se ve el documento escaneado, se realizó el 10 de mayo de 1966. Se consignaron 10 días de empleo del mes de mayo por lo que se supone que su último día laboral fue el propio 10 de mayo. Cuatro días más tarde, el 14 de mayo, se casaron.
Pese a que tenía muchas fotografías de la boda de mis padres, nunca había podido identificar el lugar donde se habían casado. Algunas fotos estaban hechas en una escalinata que parecía la entrada a un chalé, otras en la calle y las de la ceremonia en un espacio cerrado dificilmente identificable. Sabía que se habían casado por Sarriá o Pedralbes pero ninguna de las iglesias de la zona parecían coincidir con las imágenes.
Y esto fue así hasta el pasado 3 de diciembre de 2020 cuando corriendo por el monte y volviendo ya para casa en uno de mis típicos recorridos aleatorios me topé con una calle que era clavada a la de las fotos de la boda. Obviamente, no me pude parar, pero cuando llegué a casa repasé el recorrido que había hecho y tras estar mirando un buen rato descubrí una especie de capilla ubicada en un chalé cuyo nombre era y es «Capella de Nostra Senyora de la Mercè».
En el núcleo de Gornal, en Castellet i la Gornal, de donde procedía mi abuelo materno Lorenzo Ventosa Vallés, había antiguamente un túnel que cruzaba la actual Nacional 340.
Nacional 340 a su paso por Gornal – Foto de Carles Querol
Ya hace muchos años que encontré en nuestra casa de la Gornal un banderín donde aparecían dos niños y de fondo el famoso túnel, pero desde el otro lado, cruzando la 340 o el «Camino Real» como se llamaba en la antigüedad.
Túnel en la Nacional 340 a su paso por Gornal
La fotografía se realizó alrededor de 1960 y aunque era en blanco y negro, se coloreó posteriormente con resultados bastante aceptables. Aunque no lo se con seguridad, creo que la niña es Maria Rosa Campanera Rosell.
El 2 de agosto de 1966 se publicó esta noticia en La Vanguardia, probablemente un poco falto de grandes titulares en el comienzo de las vacaciones de verano.
La Vanguardia, 2 de Agosto de 1966
Hoy en día, la N340 continúa cortando la Gornal en dos partes y aun sigue en pie el edificio de la derecha.
Cuando era pequeño e íbamos al cementerio el día de todos los Santos con mis padres, mi madre siempre encontraba unos minutos para ir a ver un nicho muy viejo y olvidado en el Cementerio de Sant Andreu y me contaba que era de una amiga suya que había muerto hacía muchos años por culpa de un escape de gas junto a sus padres. La familia había terminado ahí y ya nunca más nadie había traído flores o mantenido sus tumbas.
He vuelto a revivir esta historia hoy al toparme con el recordatorio del entierro de tres miembros de la misma familia, que después de comprobar en la hemeroteca de La Vanguardia, he visto que habían fallecido debido a un escape de gas.
Recordatorio de José Llanes Marsiñach, Martina Sopena Franco y Josefa Llanes Sopena
El suceso ocurrió el 8 de marzo de 1962 y la amiga de mi madre, Josefa Llanes Sopena, era la hija de los jardineros de una finca situada en Pedralbes en la calle Panamá, 21.
La Vanguardia, 9 de marzo de 1962
Mi madre vivía unas puertas más abajo en la misma calle y sus padres se ocupaban de la cocina y los coches de la torre de la familia Piera.
En 1950, cuando mi madre tenía 15 años, comenzó a recopilar autógrafos y dedicatorias de sus amigos, algo que parece ser estaba bastante extendido en esa época. Tenía una pequeña libretita de color azul y página a página sus compañeros de escuela y amigos iban escribiendo pequeñas notas, incluso dibujos y por supuesto sus firmas.
Página 25 del libro de autógrafos de mi madre
En algo menos de 3 años recopiló 34 firmas de personas que a día de hoy, si siguen vivas deben rondar los 80 o 90 años. He creado este pequeño listado que agrupa las que tienen apellido y he añadido la fecha y lugar, si se especifica:
Magda Heibmann, 15-03-1951.
María Asunción Parillard, 31-06-1950.
Rosa María Fonatanals.
María Mercedes Pallares, 01-06-1950, de la escuela.
Mari Carmen Prats, 01-07-1950.
Ana María Cuyás, de la escuela.
Marta Prat.
María Rosa martí, del curso.
María Domenech, 22-06-1950, del curso.
Ramón Bastida.
José Guirao.
María Martín-Mora, 14-06-1950, del curso.
Ana María Martí, 21-06-1950.
Noemi Rosa Rodríguez, 21-06-1950.
José Guardiá, 27-08-1950, Gornal.
Mari Carmen Guardià, 27-08-1950, Gornal.
Tereza Lanza, 10-09-1951.
Mari Carmen Fortuny, 20-08-1951.
Carmen Salvat.
María Guiu, 04-09-1951, Barcelona.
Asunción Rojo, 05-05-1952, Academia Cots, Barcelona.
Milagros Requeijo, 06-09-1951.
Reneé Bristot, 06-07-1952, compañera de trabajo.
María Azucena Royo, 20-11-1952, compañera de trabajo.
Jaume Gené, 23-11-1952.
Pepita Grau, 25-11-1952.
He grabado un pequeño video con todas las páginas de la libreta de autógrafos por si alguien tiene curiosidad en ver lo artístico de muchas de sus páginas.
Es realmente interesante leer cada una de las dedicatorias y el tiempo que muchas personas han invertido en cada una de sus páginas haciendo dibujos y coloreándolos.
En una de mis visitas al cementerio de Margudgued hace unos 15 o 20 años, fotografié las lápidas de Carmen Sampietro Coscujuela y su marido Ramón Santolaria Albás. Murieron en 1956 y 1958 respectivamente, y Carmen era la hermana de mi bisabuelo Antonio Sampietro Coscujuela (o Coscojuela, o Cascujuela como pone en la lápida,… pero está mal).
Lápida de Carmen Sampietro Coscujuela en el Cementerio de Margudgued.
Lápida de Ramón Santolaria Albás en el Cementerio de Margudgued.
He decidido publicar estas fotografías porque en la última ocasión en la que estuve ya no estaban. Imagino que el frio, la nieve y la lluvia deben haber contribuído a que las placas de la lápidas no hayan durado ni 60 años.