Está estos días Pol en el colegio «estudiando» las emociones personales, como identificarlas y como expresarlas y calmarlas.
Esta semana ha estado dedicada a la tristeza y para ello han hecho uso de la Jirafa Tristafa, que siempre anda un poco triste por la vida: «Soy la Jirafa Tristafa. ¿Cómo me siento?, ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?».
Hoy mi madre hubiera cumplido 87 años pero ya hace más de 7 años que se fue.
Para recordarla, esta mañana hemos estado Pol, Blanca y yo en el Cementerio de Sant Andreu donde descansan mi padre, mi madre, mi hermana y algunos abuelos. Uno de los objetivos era presentar a Blanca porque no la conocían aun después de 2 años.
Mis padres, como viene siendo habitual en estos últimos años, han estado un poco tímidos y no han hablado demasiado.
Hace ya 14 años que publiqué la Teoría de la Disruptividad para sentirte vivo todos los días de tu vida y no acabar sumido en la desgracia y la grisicitud. Y ha llegado el momento de revisarla y mejorarla.
Cada día, haz algo disruptivo y nuevo. Por ejemplo, ir al trabajo por una calle distinta o comprar algo nuevo en el supermercado.
Cada semana, haz algo épico y que te ponga a prueba. Por ejemplo, subir un pico, cruzar tu ciudad andando o sacarte el carnet de moto.
Cada mes, haz algo memorable que perdure en el tiempo. Por ejemplo, terminar el árbol genealógico de tu familia, reconectar con tu novia de hace 25 años o hacer un ironman.
Cada año, haz algo imposible. Convierte en posible lo imposible. Haz una lista de cosas totalmente imposibles de conseguir y que desees, elije una y revierte su naturaleza, conviértela en realidad.
El nuevo punto añadido es el último y es probablemente el generador de felicidad más importante ya que cuando crees que puedes hacer cosas imposibles, el mundo nunca más vuelve a ser la misma mierda aburrida y depresiva que vive el 99% de la gente.
El viernes pasado tuve la oportunidad de visitar el Museo Nacional de Beirut y descubrir una de las maravillas más importantes del mundo: el sarcófago de Ahiram, un rey fenicio de Byblos (ubicada a unos 40 kms al norte de Beirut), y considerada la primera inscripción en alfabeto fenicio del mundo y por tanto pieza fundamental para entender como se transmitió el alfabeto a Europa para evolucionar hasta nuestro sistema actual.
Aunque su antigüedad es algo imprecisa se estima que puede datarse alrededor del 1000 a.c. es decir con una edad de más de 3000 años.
La parte más importante de la inscripción hallada en la parte exterior de la tapa del sarcófago dice así: «Si un rey entre reyes, un gobernador entre gobernadores o un general atacara Byblos y profanara este sarcófago, se deshoje el báculo de su poder, se derrumbe su trono y huya la calma de Byblos«.
El resto del museo es igualmente apasionante con muchos objetos recogidos en la necrópolis de Byblos y en otros lugares del Líbano de procedencia fenicia, griega y romana.
El domingo pasado, volviendo de Ainsa, llevaba el coche en modo «random» y al pasar por Morillo de Liena en la comarca de la Ribagorza vi un cartel que ponía «4 Bacamorta» y claro, no podía dejar pasarlo, así que me metí por la carretera que en unos metros se convirtió en carreterita y al cabo de dos kms en pista forestal.
Bacamorta es un despoblado en el Valle de Nocellas ubicado en lo alto de una colina abandonado desde la segunda mitad del siglo XX.
Pista forestal de acceso a Bacamorta
La parte final de la pista forestal es bastante complicada, con fuertes pendientes y muchos agujeros y piedras por lo que mi recomendación es que no te metas por ella a no ser que tengas tracción en las cuatro ruedas.
De todas formas, el último kilómetro se puede hacer caminando sin problema y vale la pena cansarse un poco solo para poder contemplar las vistas y las casas consumidas por la hiedra.
Este fin de semana, mi hermano y yo hemos estado corriendo en el Trail Sobrarbe, de 30 kms y 1.100 metros de desnivel positivo. Aunque no era una prueba excesivamente dura porque ni siquiera se subía a la Peña Montañesa, sí era la primera competición de running en dos años y medio después de la pandemia y de mi rotura total de ligramento cruzado posterior.
Alrededor del kilómetro 12 en el Grain Trail Sobrarbe
Al final, las sensaciones han sido buenas y he completado el circuito en algo más de 4h 19′ con mucho frío a la salida y mucho calor a la llegada.
Parece que los de Amazon continuan teniendo problemas con uno de sus mejores gadgets, el Amazon Echo Wall Clock, en temas de conectividad pese a que en mi caso siempre ha funcionado perfectamente y no podría vivir sin él ni un solo día.
Básicamente es un reloj de pared de 25€ que está conectado a Alexa y que permite visualizar temporizadores. Por ejemplo, si quieres tener tu pasta al dente basta con decir «Alexa, pon un temporizador de 12 minutos» y automáticamente se encienden los minutos que faltan en el reloj de pared.