La iglesia del pueblo data de los siglos XVI y XVII, con planta de crucero bajo, nave única, cierres de bóveda, puerta con arco de medio punto y diminuta torre en los pies a modo de campanario. Sus campanas datan de 1764 y en 2004 fueron rehabilitadas.
Antiguamente, la Iglesia de Margudgued tenía un pequeño cementerio adjunto en el lado izquierdo de la construcción (estando en frente de la puerta), pero en la primera mitad del siglo XX (muy posiblemente justo después de la Guerra Civil) fue cambiado de ubicación al utilizarse ese terreno para construir los establos de «Casa Gila».
El cementerio actual, en las afueras del pueblo y sin carretera de acceso, viene datado de 1924, según aparece inscrito a la entrada del mismo.
Hace 4 o 5 años me compré mi primera PDA. Era una Palm 500 en blanco y negro que funcionó perfectamente hasta que dejó de hacerlo. Entonces me pasé a una iPaq de HP con lo que se me quedó huérfana la base de carga de la Palm. Después de un par de años por aquí dando vueltas, hoy la he tirado a la basura.
Un hermano de casa Zazurca se casó con una de las chicas de Casa Gil de Sieste. Tras el enlace, los Zazurca les regalaron a la nueva pareja un terreno entre Casa Zazurca y la iglesia, donde construyeron la primera Casa «Gila». El pueblo bautizó con dicho nombre a la nueva casa por el hecho de que fuera una chica de Casa Gil la que venía a habitar la casa: «Gil – a».
La que es hoy en día Casa Sampietro en Margudgued, era llamada Casa Zazurca cuando se inicia esta historia y era habitada por dos hombres (padre e hijo) de la familia Zazurca (sin mujeres): «Tio Vicente» (padre) y «Vicentico» (hijo).Por otro lado, los padres de Joaquina Betato trabajaban como molineros en Villa Carmen (el «Sanatorio»). El padre era de Samper y tenía 6 hijas. Todo fue bien hasta que el padre murió y los propietarios de Villa Carmen decidieron despedir a las mujeres. Fue entonces cuando los dos hombres de Casa Zazurca decidieron acoger a las mujeres para que les sirvieran como asistencia para las tareas de la casa.
Cuando murieron los dos hombres Zazurca, Joaquina Betato (una de las 6 hijas) se casó con Antonio Sampietro Coscujuela de Casa Rufas y como que Casa Zazurca no les pertenecía se publicó un bando en la iglesia del pueblo informando del enlace matrimonial y reclamando heredar la casa. Dos familias de Casa Zazurca aparecieron; una de Abizanda y otra de La Valle de Sieste (Casa Sarrablo) y ambas otorgaron los permisos suficientes para que Casa Zazurca pasase a propiedad de los Sampietro.
Casa Zazurca empezó a llamarse simultáneamente «Casa Molinero» por el hecho de que las mujeres provenían del molino de Villa Carmen y «Casa Cestero» dado que esta era la profesión de Antonio Sampietro Coscujuela.
El apellido Sampietro en Margudgued proviene de Casa Rufas (ver fotografía), una vez la primera casa del pueblo según se llegaba. Antonio Sampietro Coscujuela provenía de esta casa.
Son inciertos los orígenes de Margudgued. La primera referencia al pueblo data del año 1237 en el que sus tierras pertenecían a un tal R. de Urgel de Malburget (Ledesma, La encomienda de Zaragoza, p.303, nº 130).Pocas son igualmente las referencias a su historia, siendo las más significativas las que a continuación se detallan:
1237. Primera referencia con el nombre «Malburget».
1495. «Malgudgued» cuenta con 4 fuegos o familias y es sobrecullida de Ainsa.
1543. Se mantiene en 4 fuegos.
1571. Hasta este año, el pueblo pertenecía al arcedianato de Sobrarbe, dentro del obispado de Huesca. A partir de ese momento pasa a depender del de Barbastro.
1609. Vuelve a aparecer con un nuevo nombre, esta vez «Malgurgued» con una población de 2 fuegos.
1646. Denominado «Malburgued» pertenece a la vereda de Jaca y vuelve a contar con 4 fuegos.
1785. Se convierte en aldea, al no sobrepasar los 50 habitantes.
1857. Encontramos una de sus denominaciones actuales: «Margurgued», contando con 46 habitantes y siendo una aldea del término de Boltaña. Posteriormente pasará a depender del Ayuntamiento de Sieste.
1970. Su población es de 51 habitantes.
2005. En la actualidad cuenta con las denominaciones Margudgued y Margurgued y pertenece a Boltaña.
En los siglos XII y XIII del anterior milenio, eran los Ghurida quienes gobernaban en lo que hoy es el país de Afghanistan y algunos territorios del norte de la India. La capital era Firuzkuh. Y allí, en Firuzkuh, se construyó en 1194 lo que hoy es toda una joya de la creación humana.
Los Ghurida procedían del reino independiente de Ghor, hoy reducido en sus territorios y que da nombre a una provincia afghana. Era un reino de pequeñas dimensiones que Mahmod, el sultán de la dinastía Ghaznavi de otro país próximo lo logró conquistar sobre el año 1002. Ciento cincuenta años después, el turco Ghiyas Muhammad de Ghor -nombre original : Ghiyas ud-Din – (muchos habitantes habían emigrado tras la conquista) arrebató el poder en la región afghana. Era 1186. Los territorios de la India los fue ganando poco a poco, hasta que lo logró por completo en 1192, en la batalla de Tameswar.
Ghiyas ud-Din y su familia se mantuvieron en el poder hasta 1206, año en el que fue asesinado y creado por parte de sus lugartenientes el sultanato górida de Dheli, que declaró la guerra santa al hinduismo (los góridas eran musulmanes). Esta dinastía permaneció hasta el año, aproximadamente, de 1220, en el que los mongoles hicieron su incursión en sus tierras para hacerlos caer.
Es por tanto indudable que la época en la que los Góridas reinaron es artísticamente hablando la última en lo que se refiere a edad de oro del arte islámico en la región. Maestros de la decoración a base de ladrillos y de una técnica sorprendentemente buena que hoy día nos ha llegado impecablemente conservada en estas obras de la que estamos hablando, merecen pasar por tanto a la historia del arte.
El Minarete, de 65 metros de altura y 9 metros de base y hecho en ladrillo, es el elemento que más y mejor nos habla de ello. Lo construyeron, como se ha dicho, en el año 1194, a 1900 metros por encima del nivel del mar y -lo más remarcable- entre montañas que llegan a alcanzar los 2400 metros de altura y que servían a los antiguos habitantes de la región de Jam como poderosas murallas naturales.
Se construyó para conmemorar una victoria. Por eso está tan ricamente ornamentado y es tan majestuoso. En efecto, en 1192 los Góridas habían ganado y anexionado Delhi, que estaba en manos de los Ghaznavi. Al minarete, construido para el propio Ghiyas ud-Din, se le puso el nombre de Torre de la Victoria.
Alrededor de este minarete estaba Jam, la residencia de verano de los mandatarios guridas y una base militar. Todo fue destruido en la invasión mongola apenas veinte años después. Pero nos quedan el minarete y los restos arqueológicos -entre los que se encuentran muchos restos judíos, como por ejemplo un cementerio- que dan muestras de cómo habría sido aquella civilización.
Gravemente amenazado por la erosión constante y el riesgo de inundaciones que vienen debido a la existencia de ríos demasiado próximos; gravemente atada la zona a un estricto régimen de propiedad que no ha permitido jamás hasta 2002 ninguna excavación o proyecto arqueológico.
El descubrimiento de este extraordinario monumento ocurrió bastante recientemente y la primera mención oficial de su existencia es de mayo de 1944, cuando Ahmed Ali Koazad, presidente de la Sociedad de Historia Afghana relató una conversación que había tenido con el governador de Herat en el que se hablaba del Minarete de Jam y de que había sido descubierto y fotografiado en 1943.
Después de 1944, el minarete volvió nuevamente a perderse y aunque varias expediciones intentaron encontrarlo, debido a la extensión y abrupto del terreno no fue hasta el 19 de Agosto de 1957 que el arqueólogo francés André Maricq lo redescubrió, estudió y fotografió.
Los lugareños cuentan que Margudgued, en tiempos remotos, estaba ubicado en un sitio distinto al actual. Ese lugar, insisten, se encuentra subiendo por la carretera a Guaso, a la izquierda de la curva que deja el valle del barranco de Sieste y donde en la actualidad existe una granja. Antes de la construcción de la dicha granja se podían apreciar grandes montones de piedras de las que se decía habían pertenecido a las antiguas viviendas del núcleo.
Hoy en día Margudgued se encuentra situado a una altura de 560 metros sobre el nivel del mar en el margen derecho del Rio Ara (en dirección a la corriente) entre Boltaña y Ainsa.