Ayer sábado por la mañana, pese al frio, la humedad y la niebla baja, ascendimos al Cerro de las Ánimas en Tandil (Argentina), el punto más elevado de la comarca. La idea inicial era subir corriendo y así lo hicimos pese a que en algunos tramos era bastante complicado debido a lo escarpado de la zona.
Cristian hizo de guía pese a que no fue hasta al cabo de una hora que me advirtió que fuera con cuidado por donde pisaba porque estábamos en terreno de víboras y un mordisco podía ser fatal… Después de cruzar un par de lomas y saltar alguna que otra alambrada, conseguimos llegar al Cerro de las Ánimas donde se encuentran todas las antenas de telecomunicaciones de la región y donde el viento, el frio y la fuerte humedad (yo diría que casi era lluvia) convirtieron el ascenso en épico.
La bajada tampoco fue sencilla, porque debido a la niebla corríamos un poco a ciegas y en más de una ocasión creímos estar un poco perdidos (pese a que Cristian insistiera en que no…). Después de cruzarnos vacas y caballos que nos iban apareciendo de entre las tinieblas (o sea de entre la niebla) estuvimos a punto de ser atacados por unos Teros que veían sus nidos amenazados por nuestra presencia pero el incremento de nuestra zancada los dejó atrás rápidamente.
Después de algo más de 2 horas por el monte y de atravesar una gran zona de canteras, conseguimos llegar abajo y dar por concluída la jornada deportiva.
La Sierra de Tandil y en concreto las rocas precámbricas del Sistema de Tandilia son las más antiguas conocidas en el mundo, con una edad de 2.200 millones de años.