Puedes estar a favor o en contra del proceso independentista en Cataluña, puedes pensar que es totalmente ilegal o una aspiración legítima pero lo que hay que reconocer es que la organización del referendum el 1-0 fue magistral por parte de la Generalitat de Catalunya.
Un ejército de 10.000 policías, jueces, fiscales, cientos de registros e incautaciones, controles en las carreteras, cierre de webs, paradas forzadas en servidores, ataques informáticos intencionados y un sin fin más de acciones no impidieron que el domingo pasado abrieran más del doble de los colegios electorales que la Generalitat había estimado inicialmente teniendo en cuenta todos inconvenientes que tenía enfrente.
El ridículo que Rajoy hizo el pasado domingo fue multiplicado además por la incapacidad de la Policía Nacional y la Guardia Civil de realizar su trabajo de desalojo de los colegios electorales de forma calmada y proporcionada lo cual hizo que al final del día absolutamente todos los periódicos de Europa situasen a Cataluña y su proceso independentista como primera noticia y que al día siguiente no hubiera ni un solo medio de comunicación (fuera de España) que no hubiera condenado la actuación policial.
Desde un punto de vista técnico, la organización del 1-O me ha recordado a Blockchain: una red formada por más de 8.000 personas donde solo unas pocas conocían a otras y que albergaban en sus casas de forma redundante muchas más urnas que las que realmente eran necesarias junto con todo el material necesario y las instrucciones.
En todo el proceso de organización logística no se dejó ni un solo eslabón no redundado ni tolerante a fallos e incluso si la Policía hubiera confiscado 5.000 o 6.000 urnas más o hubiesen intentando frenar el recuento de votos, el referéndum hubiera podido seguir adelante.
La CNN, maravillada por todo el proceso, publicó un interesante artículo (en inglés) cuatro días más tarde donde ofrece datos más detallados de toda la logística del referéndum.