¿Cuándo y cómo se extinguirá la humanidad?

A lo largo de toda la historia del planeta Tierra, no ha habido ni una sola especie animal o vegetal que haya permanecido estancada durante más de 200.000 años. Esto significa que todas las especies han evolucionado considerablemente o se han extinguido de forma natural o debido a extinciones masivas. Así que la raza humana tampoco va a ser una excepción y la única pregunta que cabe hacerse es si nosotros evolucionaremos o nos extinguiremos como ya sucedió anteriormente con los Neardentales.

Y la respuesta no puede ser más clara: la raza humana se extinguirá en no más de 200.000 años. La razón no será una explosión nuclear ni un ataque extraterrestre ni el impacto de un cometa y ni siquiera una guerra global sino una causa algo más “natural”.

Todas las especies animales han evolucionado gracias a las mutaciones genéticas aleatorias que han ido sucediendo desde siempre. Esas mutaciones solo han subsistido en la naturaleza si eran sostenibles, es decir, si hacían que la planta o el animal se adaptase mejor al medio y en su relación con el resto de especies. Por ejemplo, si en las latitudes más frías del planeta un individuo sufría una mutación que le hacía más sensible al frio e incluso dependiente de un mayor número de capas de abrigo que otra persona sin esa mutación, las probabilidades de subsistir eran bastante bajas y finalmente acaba muriendo y esa mutación no se transmitía más a la siguiente generación.

Por el contrario, si esa mutación nos hacía más resistente al frio, las posibilidades de subsistencia aumentaban más. Este hecho explica la aniquilación de los Neardentales a manos de los humanos modernos pese a ser más fuertes y corpulentos: varias mutaciones genéticas acumuladas durante años nos hizo más inteligentes y por tanto con más posibilidades de subsistencia en épocas donde los recursos escaseaban o donde se debía luchar con otras especies en busca de alimentos. Básicamente este es el resumen de la Teoría de la Evolución de Darwin.

El problema es que cada vez más la selección natural de las especies que describía Darwin se está haciendo menos natural en los humanos. Casi cualquier mutación genética hoy en día puede ser “subsanada” por la medicina de forma que se propaga a las siguientes generaciones aunque no sea sostenible en el tiempo por si sola: por ejemplo, imaginemos que tenemos una mutación que nos hace nacer con una sola pierna: la ciencia moderna se encargará de proveernos de una pierna ortopédica y robótica con la que podremos hacer una vida normal y por tanto transmitiremos a nuestros descendientes ese defecto.

Cuando esta transmisión de imperfecciones se multiplica por las miles de mutaciones genéticas que suceden cada día en la tierra y a su vez se vuelve a multiplicar por las 7.000 generaciones de humanos que habrán en los próximos 200.000 años el resultado es aterrador ya que la especie humana se degradará exponencialmente a medida que pasen los años.

Lo que sucederá en unas pocas cientos de generaciones sin tener que esperar al límite de las 7.000 antes de que nos extingamos es:

  • Los servicios médicos se comenzarán a colapsar porque cada vez seremos más débiles a nivel físico. Serán necesarios más recursos para poder compensar las deficiencias creadas por las mutaciones genéticas no sostenibles y cuando esos recursos sean insuficientes, el número total de individuos en la especie comenzará a decrecer mucho más rápido que la selección natural “positiva” producida por nuevas mutaciones no compensadas artificialmente.
  • A nivel mental y en una sociedad cada vez más democratizada y justa, los individuos con una menor inteligencia tendrán las mismas posibilidades se subsistir que los más inteligentes y nada hace pensar que unos se reproduzcan más que otros o que simplemente no se entremezclen por lo que el resultado será cada vez un coeficiente de inteligencia medio más bajo (y ya el colmo sería que los menos inteligentes nos reprodujéramos más!!).
  • En plena decadencia cuantitativa y cualitativa de la especie humana otra especie animal puede llegar a superarnos como sucedió en el caso de los Neardentales y hacernos desaparecer en unos pocos cientos de años, quizás superados por una especie de delfines mutados genéticamente y adaptados para vivir fuera del agua.

Si no somos aniquilados por los delfines caminantes, muy probablemente el fin llegue a consecuencia de nuestra ineficacia natural adquirida para subsistir en una sociedad que dejará de suministrarnos nuestras necesidades básicas (sanidad, comida, transporte, ropa y vivienda) acostumbrados ya durante milenios a convivir en un ecosistema de relaciones comerciales y personales absolutamente esencial para nuestra subsistencia.

Incluso, y debido a que nuestro coeficiente de inteligencia habrá disminuido mucho, será difícil la subsistencia para aquellos que comiencen a plantearse la autosuficiencia.

Newcastle

Ya hace algo más de 3 años que pisé por primera vez Newcastle, donde Sage, la empresa en la que trabajo, tiene su sede central, y donde suelo estar entre 2 y 3 veces por mes.

La ciudad es fría a más no poder pero tiene un encanto especial que la hace bastante atractiva junto al espectacular río Tyne y sus numerosas casas y mansiones antiguas rodeadas por frondosos prados y bosques a pocos kilómetros de Escocia.

La ciudad fue fundada por los romanos en el siglo II aunque fue destruida varias veces hasta que en el 1080 Robert Curthouse construyo el castillo conocido como «Castillo Nuevo» del que tomó el nombre posteriormente la ciudad (Novum Castellum o New Castle).

Castillo de Newcastle
Castillo de Newcastle

Durante los últimos 200 años, Newcastle ha sido un importante centro industrial en Inglaterra en parte por las numerosas minas de carbón que había y por la potente industria naviera. Hoy en día una cierta decadencia se ha apoderado de la ciudad la cual sigue conservando rincones llenos de historia como el Victoria Tunnel (de 4 kms) o su Castillo.

Violant de Hungría

El 8 de septiembre de 1235 se casaron en Barcelona la hija del Rey Andrés II de Hungria, Violant, con Jaume I el Conquistador, Rey de Aragón, Valencia, Mallorca y Conde de Barcelona. La estirpe familiar se extiende prácticamente hasta nuestros días gracias a sus 10 hijos, muchos de ellos reyes o reinas de territorios de la actual España o Francia.

Los restos de Violant de Hungría reposan en el magnífico Monasterio de Vallbona de les Monges que tuvimos la ocasión de visitar durante el pasado fin de semana. Con mucho frío, con niebla muy tupida y con una ubicación alejada de vías principales, el lugar donde se ubica el monasterio aun parecía más enigmático y remoto de lo que es.

«Tomba Violant d'Hongria» de I, Lohen11. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons - https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tomba_Violant_d%27Hongria.JPG#/media/File:Tomba_Violant_d%27Hongria.JPG
Tumba de Violant d’Hungría

Fue construido en el siglo XII-XIII y además del sepulcro de la reina Violant el conjunto cuenta con un claustro extraordinario y varias estancias, capillas y tumbas que merecen algo más de una hora de visita.

(Fuente de la fotografía: «Tomba Violant d’Hongria» de I, Lohen11. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons)

La Coronación de Alejandro III

Alejandro III fue coronado Zar de Rusia el 27 de mayo de 1883 en la Catedral de la Dormición, dentro del Kremlin de Moscú, junto a su mujer, la Emperatriz María Fyorodovna. Reinó hasta el 1 de noviembre de 1894 cuando murió.

Coronación del Zar Alejandro III por Georges Becker
Coronación del Zar Alejandro III

Tuve la oportunidad de ver el magnífico cuadro de su coronación en el Hermitage de San Petersburgo. Fue pintado por Georges Becker en 1888 y después de buscar un buen rato por Internet no he sido capaz de encontrar nada de información sobre él. Seguro que tiene algún truco: o estoy poniendo mal el nombre o tenía un pseudónimo o… a saber.

La Tumba de Tamerlán

Tamerlán conquistó todo Asia Central en la segunda mitad del siglo XIV y sus ejércitos recorrieron desde Moscú y Anatolia hasta Delhi, en la India, anexionándose todo cuanto encontraban a su paso. En Uzbekistan está considerado el gran héroe nacional y las plazas y calles principales de todas las ciudades llevan su nombre.

Está enterrado en la ciudad de Samarcanda en el espectacular Mausoleo de Gur-E-Amir y en 1941, siendo Uzbekistan territorio de la URSS, el antropólogo ruso Mikhail Gerasinov y su equipo decidieron abrir la cripta de jade del héroe uzbeko para realizar toda una serie de pruebas forenses y determinaron su altura y causa del la muerte.

Mausoleo de Gur-E-Amir
Mausoleo de Gur-E-Amir

Al abrir el sepulcro, el equipo de arqueólogos se encontró con un manuscrito alertando de grandes calamidades a quien osase molestar el sueño enterno de Tamerlán y concretamente que quien lo hiciera debería hacer frente a la invasión de un ejército incluso más poderoso que el suyo. Al día siguiente, el 22 de junio de 1941, Hitler invadió la Unión Soviética en la denominada Operación Barbaroja.

Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu

Uno de los edificios que más me llaman la atención de Barcelona es la Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu, una peculiar y majestuosa construcción en ruinas y abandonada en el Parc Central de Nou Barris y que bien vale una visita de una mañana para darse una vuelta por esta poco céntrica y muy atractiva zona de la ciudad.

Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu
Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu

La iglesia perteneció hasta 1986 y durante más de un siglo al gigantesco complejo del Instituto Mental de la Santa Creu con capacidad para 700 enfermos (ver vídeo) y hoy en día se encuentra semi-enterrada y con todas las puertas tapiadas y en claro estado ruinoso.

Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu
Iglesia del Hospital Mental de la Santa Creu

El último día de Stefan Zweig

Probablemente Stefan Zweig es uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX (aunque aun no haya leído nada de él). Nació en Austria en 1881 y al inicio de la segunda guerra mundial decidió emigrar dada su condición de «no ario» impuesta por el régimen de Hitler. Vivió en Francia, Inglaterra y finalmente en Brasil.

Y fue allí donde en 1942, en la ciudad de Petrópolis y junto a su mujer, decidió quitarse la vida no antes de haber escrito la magnífica nota de suicidio que ha podido ser recuperada últimamente y que se halla en la Biblioteca Nacional de Israel:

«Cada día he aprendido a amar más este país y quisiera no haber tenido que reconstruir mi vida en otro lugar después de que el mundo de mi propia lengua se hundió y se perdió para mí, y mi patria espiritual, Europa, se destruyó a sí misma.

… pero para empezar todo de nuevo un hombre de 60 años necesita poderes especiales y mi propio poder se ha desgastado después de años de vagar sin asiento. Por eso prefiero terminar mi vida en el momento adecuado, justo, como un hombre para quien su trabajo cultural fue siempre la más pura de sus alegrías y también su libertad personal —la más preciosa de las posesiones en este mundo…

Dejo saludos para todos mis amigos: quizá ellos vivan para ver el amanecer después de esta larga noche. Yo, más impaciente, me voy antes que ellos.»

Me fijé en ella hace unas semanas en la exposición «La Biblioteca Nacional de Israel: Depósito de Memoria» en Madrid en el complejo cultural de Matadero, junto a Madrid Río.

Agnès de Peranda

El fin de semana pasado me topé casi por casualidad con la lauda sepulcral de Agnès de Peranda en el Museu d’Historia de Barcelona en la Plaza del Rey. Fue una de las fundadoras en el 1254 del Monasterio de San Antonio de la ciudad. Falleció en 1281.

Lauda sepulcral de Agnès de Peranda
Lauda sepulcral de Agnès de Peranda

La lauda está escrita en latín y su traducción es la siguiente:

Aquí se encuentra sepultada la santa virgen Agnès que, habiendo sido la primera abadesa del monasterio durante más de 40 años, brilló en su muerte y después de ella a través de gloriosos milagros así como había resplandecido antes por su santa vida y su clara fama. Murió en el año del señor de 1281, el miércoles 17 de septiembre.

Actualmente, Agnès de Peranda se encuentra enterrada en el Monasterio de Sant Benet de Montserrat después de un largo periplo en el que sus restos fueron cambiados de lugar en diversas ocasiones a raíz de la guerra de sucesión en 1714.