En este momento tengo algo más de 700 personas (familiares !!!) algunos de los cuales se remontan al siglo XVI, muchísimas fotografías inéditas y el árbol genealógico navegable.
Sin registrarse, se puede acceder a mucha información, aunque lo mejor es hacerlo si lo que quieres es tener pleno acceso a todos los datos y fotografías. Es gratuito.
Fue a mediados del siglo VI, en pleno declive del Imperio Romano, cuando el emperador Justiniano creyó en un nuevo resurgir y se lanzó a la conquista del mediterraneo. Cayeron Italia, Cartago, la actual Eslovenia, y la «Costa del Sol» en España.
En Italia puso más empeño que en ningún otro lugar y decidió convertir Rávenna en la segunda capital del imperio Bizantino y referencia de todo el mundo occidental de la época. Dejó para la posteridad las más ricas y espléndidas construcciones bizantinas de Europa como son San Apolinar in Classe, San Apolinar Nuovo y la magnífica y espectacular iglesia de San Vitale, consagrada en el año 547 y que obviamente he incluido en el listado de sitios que deben visitarse antes de que te mueras.
Este fin de semana he estado esquiando en Andorra y de camino de vuelta hemos variado un poco el itinerario para no encontrar tráfico y hemos parado a dar una vuelta en Organyà a unos 160 kms de Barcelona.
En Organyà, en 1904, fueron encontrados los textos escritos en catalán más antiguos que se conocen y que datan de entre el siglo XI y el XII. Las Homilías fueron halladas en la rectoría de la iglesia del pueblo entre un montón de basura y se componían de un total de 16 páginas escritas en catalán con alguna influencia provenzal que contenían sermones sobre el Nuevo Testamento.
Actualmente se conservan en la Biblioteca de Catalunya y son accesibles a través de Internet aunque entender algo puede ser una auténtica odisea. De hecho, si dejamos a un lado la difícil letra gótica ya de por si el propio texto es bastante complejo. A continuación un ejemplo en catalán original:
«Seinor, nostre Seinor dix aquesta paraula per semblant, et el esposa per si el ex. Aquel qui ix seminar la sua sement, e dementre que semenava, la sua sement cadeg prob de la via e fo calzigad, e’ls ocels del ciel mengaren aquela sement: qtiesi seminador dix nostre Seinor que son los maestres de sent’eglesia, (la sement e) la predicacio de Iesu Crist. Los auzels del cel qui mengaren aquela son los diables qui tolen la paraula de Deu de coratge d’om per mal e peccatz e per males obres. Et aliut cecidit super petram el natum aruit, quia non habebat hurnorem. Aquela sement qui cadeg sobre la pedra fo seca per zo car no i avia humor, demostra la paraula de Deu qui cad el cor del om e ven diable e la tol del cor per zo qur no a humor de caritad en si. ..»
Y su traducción al español:
«Señores, Nuestro Señor dijo esta parábola por semejanza y la expone por sí mismo. Aquel que salió a sembrar su simiente, y mientras sembraba, su simiente caía junto al camino y fue pisada y los pájaros del cielo comieron aquella simiente: este sembrador dice Nuestro Señor que son los maestros de la Santa Iglesia, la simiente es la predicación de Jesucristo. Los pájaros del cielo que comieron aquélla son los diablos que quitan la palabra de Dios del corazón del hombre por males y pecados y por malas obras. Et aliud cecidit, etc…(Lucas VIII, 6). Aquella simiente que cayó sobre la piedra fue seca porque no había humor; demuestra (representa) la palabra de Dios que cae en el corazón del hombre y viene el diablo y la quita del corazón porque no tiene humor de caridad en sí…»
En 1997 visité Mérida (en Extremadura) y en el museo romano de la ciudad llamaron mi atención las muchas inscripciones lapidarias que se encontraron. La fórmula «Séate la Tierra Ligera» se repetía una y otra vez como por ejemplo:
«La más honesta entre las damas principales, Iulia Sotira, dulce amor, está oculta bajo este túmulo. La veneración hizo cuanto pudo para quien aún más merecía. Tu que lees esto, quien quiera que seas, dí: séate la tierra ligera.«
Unos años más tarde, deambulando entre cementerios en el Sobrarbe Aragonés me encontré con esta interesante inscripción en Latorrecilla, que me trajo a la cabeza lo leído en Mérida:
Aprovechando que estamos en Navidad y que en esta breve pausa matinal entre comida y comida no tenía nada que hacer, he publicado una nueva ciudad en «Los Lugares Clave del Planeta Tierra» de mi web: Jerusalén.
La capital de oriente y occidente es un lugar imprescindible, repleto de historia en cada uno de sus rincones y al que se debe ir inexcusablemente para dejar imbuirse por la esencia de todas las religiones, los más de 5000 años de historia y la mezcla de lo antiguo y moderno.
Estuve allí en 1998 en un viaje relámpago por motivos de trabajo pero volveré muchisimo más documentado y con mucho más tiempo (quizás deba ponerlo en La Lista de Deseos).
Esta mañana, en la 84 edición de la Jean Bouin he conseguido un importante tiempo de 43’46» sobre un circuito de 10 km, lo que me da muchas esperanzas para seguir confiando en batir mi record personal de maratón en marzo de 2008. La Jean Bouin es una carrera atlética de carácter popular que cada año se celebra en Barcelona. Fue disputada por primera vez en 1920, lo que la convierte en el acontecimiento atlético vigente más antiguo de España, al margen de los Campeonatos de España de atletismo.
Jean Bouin era un atleta francés nacido el día de Navidad de 1888 en Marsella, que alcanzó la fama en la segunda década del siglo XX al batir los récords del mundo de la hora, los 3.000 y los 10.000 metros entre 1911 y 1913 y proclamarse subcampeón olímpico de 5.000 en los de Juegos de Estocolmo de 1912. Iba para campeón olímpico en los Juegos que en 1916 debían celebrarse en Berlín, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial no sólo impidió que se celebrara la competición sino que acabó con su vida, pues el 28 de septiembre de 1914 murió abatido por las balas del propio ejército francés en el frente del Mosa.
Este fin de semana he estado en Sevilla y en la entrada a las rampas de ascensión de la Giralda me encontré con la siguiente inscripción: «Mandó el califa Abû Ya’ Qûb Yusuf a su alarife Ahmad Ibn Baso la erección de esta sawmu’a en 13 de safar del año 580 H. (26-mayo-1184), y terminó la edificación de ella Alí Al-Gumari a finales del postrer rabí del año 593H. (19-mayo-1197) durante el califato del Abú Yusuf Al-Mansur. Renovó el arquitecto Hernán Ruiz esta sawmu’a en el año 1568 y añadió en la parte más alta de ella, el campanario y se labró esta inscripción en el año 1984, como exaltación de la octava conmemoración centenaria de la creación de este gran alminar maravilloso«.