El recinto alberga solamente monumentos funerarios de una envergadura representativa de un pasado argentino mejor, cuando el país era la cabeza del tren sudamericano, hace ya demasiadas décadas. Magestuosas tumbas con reminiscencias egipcias se alzan entre multitud de estatuas, árboles y turistas que veneran a todas horas la tumba de Evita.
Otro punto importante de la visita a este cementerio es la Basílica de Nuestra Señora del Carmen, consagrada en el año 1734 y que tiene en su interior algunas curiosidades importantes.
Muy cerca de donde comenzó todo se encuentra el Monasterio de San Victorián, en pleno corazón del Sobrarbe Aragonés donde nació la Corona de Aragón, que aglutinaba Aragón y los condados catalanes.
En la primavera de 1137, se reunieron en el Real Monasterio de San Victorián el Rey de Aragón, Ramiro II el Monje, y el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. Entre otras cosas de las cuales la historia no dejó constancia, acordaron el matrimonio de este último con Petronila, la hija de Ramiro II de Aragón y de Inés de Poitou.
El 11 de agosto de 1137, se firmaron en Barbastro (Huesca) las condiciones del matrimonio que debía celebrarse 13 años después en cuanto Petronila, cumpliera los 14 años y la mayoría de edad.
Según lo dispuesto, en agosto de 1150, en Lleida, se casaron Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV y en 1157 nació el primogénito de la pareja, Ramón Berenguer, que a la muerte de su padre en 1162, fue nombrado Rey de la Corona de Aragón con el nombre de Alfonso II, uniendo de esta forma Aragón y los Condados Catalanes.
«… Su Majestad el Rey ordena comunique que el soldado Enrique Ventosa, fallero de caballería de Treviño, ha sido rescatado del enemigo el día 18/4/1922…»
El siglo XX comenzó con España ocupando importantísimas plazas en el actual Marruecos y Sáhara. Sin embargo, las hostilidades eran constantes por parte de la población marroquí y en 1920 el general Manuel Fernández Silvestre marchó desde Melilla sobre las montañas del Rif, donde habitaban las tribus que tradicionalmente habían sido más belicosas. Después de una rápida incursión en el corazón del actual Marruecos entre mayo de 1920 y junio de 1921, el ejército español sufrió una importante derrota en el trístemente célebre Desastre de Annual.
«En las cuatro horas aproximadas que duró el desastre murieron un total aproximado de 2.500 hombres españoles, a los que hay que sumar los ocupantes, 1.500 en total, de las posiciones de Talilit, Dar Buymeyan, Intermedias B y C, Izumar, Yebel Uddia, Mehayast, Axdir Asus, Tuguntz, Yemaa de Nador, Halaun y Morabo de Sidi Mohamed, todos muertos. Quedaron 492 prisioneros españoles de los que sobrevivieron 326, algunos de ellos fueron liberados al comenzar la misión de rescate llevada a cabo entre otros, por los miembros de la Delegación de Asuntos Indígenas Gustavo de Sostoa y Luis de la Corte, el resto fueron liberados en 1923 tras las negociaciones llevadas a cabo con Abd el-Krim por parte de Horacio Echevarrieta, a cambio de 80.000 duros de plata.»Fuente: Wikipedia.
Mi abuelo materno, Lorenzo Ventosa, en pleno servicio militar, estuvo luchando en esa batalla, fue hecho prisionero y liberado casi un año después. Mis bisabuelos recibiron este telegrama de parte del Rey Alfonso XIII el 25 de abril de 1922 comunicándoles la liberación de su hijo del que no sabian nada desde hacía meses.
El próximo domingo estaré en Ainsa en la Ascensión a la Peña Montañesa. El sábado intentaré convencer a mis compañeros de fin de semana para que vayamos a Sampietro (donde presumiblemente comienza la historia de los Sampietro), un pueblo abandonado hace más de 400 años en el centro de un verde valle flanqueado por arroyos.
Siguiendo por el camino que va desde Boltaña a Morillo de Sampietro (pasando junto al Mesón del Piojo), hay que dejar el coche en una curva cerrada a la derecha, justo cuando empezamos a descender del pequeño collado que tenemos que salvar. Justo en ese punto existe la indicación del sendero PR-HU 44 que nos guiará después de un pequeño paseo de 30 minutos hasta Sampietro (995 m. sobre el nivel del mar).
Cuentan las crónicas que el pueblo fue abandonado repentinamente sobre el 1600, según censos de la época. Hay varias hipótesis para lo ocurrido aunque en el fondo concurren en la misma y única idea de que sus habitantes se revelaron contra la administración pública.
El detalle de la historia cuenta que después de varios años sin pagar impuestos, un día cuando todo el pueblo estaba reunido en la iglesia entró el ejército y mató a toda la población excepto a dos mujeres que estaban con el ganado fuera del pueblo. Dichas mujeres pidieron asilo en Morillo de Sampietro y les fue negado; entonces fueron a Buerba y Vió.
Desde entonces todos los campos colindantes (a terrazas) de Sampietro han sido cultivados por los habitantes de Vió. Como era un largo camino de ida y vuelta, optaron por conservar las casas de Sampietro para poder ir algún día durante las labores de siega, pastoreo, etc.
Resulta interesante observar la pobreza extrema de estos habitantes a juzgar por sus moradas.
Corría el año 1996. Yo trabajaba en el Instituto Catalán de Tecnología en el área de I+D y necesitábamos una persona para el departamento. Por aquel entonces, no existían servicios como Infojobs o Monster y lo que se llevaba eran las listas de distribución de búsqueda de empleo. El lider en ese año era Ofer-Trabec (que continúa existiendo aún) así que envíe la descripción del puesto vacante para ver si encontrábamos a la persona que necesitábamos.
Recibimos bastantes curriculums y la gran mayoría los desechamos (cortesmente, claro). Recuerdo una chica que nos envió 6 o 7 emails de forma insistente diciéndonos que estaba muy interesada en venir a trabajar con nosotros pero francamente no tenía el perfil que buscábamos. Finalmente, y por casualidad, le pase el CV a mi compañero Francesc Muñoz, que estaba arrancando ICTnet y al cabo de unas semanas fue contratada para el servicio de soporte a usuarios y tuve la oportunidad de conocerla.
Pues bien, esta semana en Alemania he conocido a Jesús Sanz de las Heras, de RedIris (perteneciente a RED.ES), que en 1996, entre otras cosas, era el administrador de Ofer-Trabec.
La chica «pesada» a la que conocí gracias a Ofer-Trabec se llamaba Mónica y es mi mujer.
Hoy estoy en Heidelberg, Alemania, donde esta mañana ha comenzado la 13a Conferencia de la MAAWG, donde asisto como invitado en representación de Spamina. Vuelvo a casa el jueves por la noche.
La ciudad se encuentra a unos 90 Kms al sur de Frankfurt y su principal atracción turística es el impresionante Castillo de Heidelberg, considerado el monumento antiguo más importante del país.
Pero ahí no acaba todo; además de poseer un casco antiguo impresionante y el viejo puente sobre el rio Neckar (que aunque no es muy conocido, es más grande, o eso me ha parecido, que el mayor rio en España) , en 1907 fue encontrada muy cerca de la ciudad la mandíbula del «Hombre de Heidelberg«, el fósil pre-humano más antiguo encontrado en Europa hasta el momento. El «Homo Heidelbergensis» pertenece a una especie de Homo que se extinguió hace unos 250.000 años y que apareció en Europa hace entre 600.000 y 500.000 años.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, en el pequeño pueblo de Tandil (Argentina) comenzaron a llegar europeos, principalmente españoles e italianos, los cuales introducían mejoras en las técnicas de cultivo y de ganadería que generaban ganancias rápidas que no eran bien vistas entre la población que habitaba la ciudad desde hacía décadas.
Gerónimo Solané, apodado Tata Dios o Médico Dios, se erigió en protector de la patria y durante 1871 consiguió liderar un grupo de unas 300 personas del lugar hasta hacer florecer la xenofobia contra los «extrangeros». Creían que la patria se estaba destruyendo con la entrada de masones y cada vez más la crispación entre la población se hacía más patente.
El recuerdo de la matanza aun pervive entre los habitantes de Tandil y prueba de ello es el magnífico mural que descubrí el sábado pasado junto al Dique en el que había la siguiente inscripción:
«En la madrugada del 1 de enero de 1872, medio centenar de gauchos, armados de lanzas y con divisa punzó, al grito de «Viva la Religión, mueran los gringos y los masones !», degollaron y lancearon a 47 vecinos del Tandil, entre ellos varios niños. Dijeron hacerlo por orden de un curandero apodado Tata Dios.
El historiador Hugo Nari, en su libro «Tata Dios, el mesías de la última montonera», sostiene que se trató de un fenómeno de alucinación mesiánica impulsado por los desajustes sociales que se producían en ese tiempo en la campaña fonserense.»
Este fin de semana he vuelto a Roma y una vez más he visitado el que para mi es el monumento más espectacular de la ciudad: El Panteón de Agripa.
Considerado como el edificio mejor conservado de la Roma antigua, el templo original fue construido por Agripa, amigo y general del Emperador Augusto, alrededor del año 25 AC para posteriormente ser reconstruido y ampliado en el 128 cuando fue inaugurado por el emperador Adriano.
De dimensiones mastodónticas, el Panteón fue en origen un templo consagrado a las siete divinidades celestes de la mitología romana: el Sol, la Luna, y los cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno). Cada uno de ellos tenía asignado uno de los siete ábsides del interior.
En el 608, el Emperador bizantino Focas donó el edificio al Papa Bonifacio IV que lo convirtió en la iglesia cristiana que ha llegado hasta nuestros días: Santa María de los Mártires.
Alrededor de 1750, Giovanni Battista Piranesi realizó este dibujo del Panteón que nos da una idea del buen estado de conservación que ha tenido a lo largo de los casi 1900 años de existencia.