Tres días después de subir a la la Peña Montañesa sigo con serios problemas de movilidad. Además de las agujetas típicas que aun no se han ido, tengo los gemelos al borde de la contractura, un poco quemados por el sol y encima con algunos picotazos de mosquitos (o bichos varios). Además, una uña del pie se me ha puesto azul y otra tiene pinta de seguir el mismo camino.
Sin embargo, tengo unas ganas locas de recuperarme un poco más y salir de nuevo a correr.
El despertador sonó a las 6:00 AM y después del desayuno nos fuimos a Ainsa donde nos esperaba el autocar que nos tenía que trasladar al Monasterio de San Victorian (el más antiguo de España) donde estaba ubicada la salida de la prueba.
A las 9:30 los 110 participantes tomamos la salida desde la cota 1.100. El primer obstáculo consistía en alcanzar la cumbre de la Peña Montañesa a 2.291 metros en menos de 2 horas, tiempo límite marcado por la organización para recorrer los 5 kms de la primera parte del circuito.
El descenso fue muy peligroso porque nos tuvimos que enfrentar a casi 2 kms de pedrera con un fuerte desnivel. Aquí comenzaron a aparecer las primeras caídas, cortes, heridas y puntos. Los servicios médicos de la Collada estuvieron ciertamente entretenidos durante toda la mañana atendiendo a los numerosos heridos y lesionados que pasaban por el punto de control.
En ese punto, después de casi 2 horas de carrera, aun quedaban 17 kms por caminos entre bosques, campos y barrancos. Y si ya de por si, eso no fuese bastante, la temperatura a las 11 de la mañana ya estaba por encima de los 30 grados.
Pasado el kilómetro 14 la carrera se volvió un auténtico infierno. Una vez terminado el bosque, nos enfrentamos a un sol terrible que nos golpeaba sin cesar mientras que nuestras piernas a duras penas subían y bajaban las suaves colinas de camino a la Ainsa por los caminos más pedregosos que había visto nunca jamás. Aun quedaban por llegar los 2 kms de lecho de rio entre guijarros, agua y barro que nos condujeron hacia el Polideportivo de la Ainsa, donde se encontraba la llegada.
En mi caso, la agonía duró 4h 01′ 04» después de casi 24 kms, 1.589 metros de desnivel acumulado de subida, 2.063 de bajada y 35 grados de temperatura a la llegada. Quedé en la posición número 76 de los 90 que finalmente fueron capaces de llegar a meta en tiempo. Sólo 4 de los 6 que íbamos terminamos la prueba.
Después de 20 maratones, esta ha sido la prueba athlética más dura en la que jamás he participado.
Hoy he completado mi 22ª participación consecutiva en la Cursa del Corte Inglés 2008 donde he corrido en un tiempo de 51’53» la distancia de 11 kms con subida al Estadio Olímpico de Barcelona. Al final he mejorado en algo más de 2 minutos mi marca del año pasado.
Y esta tarde me voy a Argentina donde estaré las dos próximas semanas por trabajo en nuestras oficinas en Tandil. Además sumaré un nuevo país a mi Lista de Paises Visitados.
Ya estoy inscrito a la III Carrera a la Peña Montañesa para el próximo 29 de Junio. La distancia total será de 23,75 kms, que no sería nada del otro mundo si no fuera porqué el desnivel de subida es de 1.200 metros y el de bajada de 1.762. Voy a tener que entrenar un poco porqué no va a ser fácil. Si no se rajan, iré con Jordi, Vicenç y José Luis.
Este colosal macizo se encuentra ubicado en el Pirineo Aragonés, en la comarca del Sobrarbe. La foto está tomada desde su capital Ainsa y tiene una altura de 2.291 metros.
Hoy he corrido la XV Cursa de Olivella (en la provincia de Barcelona) con una distancia de 13km y un tiempo de 1h 04′ 09» pese a que me continúa doliendo el empeine del pie izquierdo (después de más un mes) y eran todo subidas y bajadas.
El pequeño pueblo de Olivella es pequeño y bonito y aunque sólo sea por su ubicación es recomendable su visita.
La carrera transcurría por caminos de montaña entre bosques y campos en el magnífico macizo del Garraf, una zona a poco más de media hora de Barcelona y que nadie debería perderse. Para llegar hasta Olivella, he entrado por Sant Pere de Ribes y para volver he decidido atravesar el Parque hasta alcanzar Castelldefels (todo en coche, claro). El camino está totalmente asfaltado (o casi) y más o menos señalizado. Las vistas, el entorno, las masías y los viejos campos son realmente excepcionales.
Hace unos 10 o 15 años hice una de las mejores travesías a pie que he hecho nunca, que consistió en ir desde Gelida hasta Sitges, atravesando los macizos del Ordal y del Garraf. Fueron unas 8 o 9 horas andando en pleno julio que desde luego valieron la pena.
Después de 2.109 kms hoy he decidido jubilar mis zapatillas de correr. Han durado 2 años y medio y han corrido por Barcelona, Madrid, Alemania y Japón. Las nuevas vuelven a ser Asics con protección antipronación.
Mi tiempo final ha sido 3h 45′ 18», dos minutos menos que en la última maratón.
Las altísimas temperaturas de hoy en Barcelona (momentos de hasta 25ºC) y el hecho de que inexplicablemente me haya dejado el reloj en casa han hecho que hiciera 5 o 10 minutos más que el tiempo que me merecía. De todas formas, he hecho la mejor marca desde 1999 y además he ganado a Vicens (!!!).
He descubierto que no llevaba el reloj cuando sólo faltaba una hora para la salida. Ante unos instantes de pánico inicial y después de analizar todas las opciones, he decidido que la mejor alternativa era pegarme a la liebre de 3h30′ hasta que no pudiera más. Dado que mi tiempo objetivo eran 3h39′ y que suponía que en el peor caso, el ritmo de finalización no podía ser superior al ritmo de liebre más un minuto/km, debía conseguir ir con ella al menos hasta el km 33 (42-9) porqué a partir de ese momento lo lógico es que cayeran unos 6 y poco min./km. Finalmente he aguantado a la liebre hasta el km 28.
Dentro de unas horas estaré corriendo la Maratón de Barcelona. Mi tiempo objetivo son 3 horas y 39 minutos pero si me siento bien en los primeros kms, quizás acelere más. Mi tiempo final real debería estar entre 3:30 y 3:50.