La mermelada de mi madre de 2013

A mi madre le encantaba cocinar y preparar conservas y entre sus hobbies estaban el de hacer mermeladas con las frutas que recogíamos del pequeño huerto que teniamos (y que aun tengo) en Gornal.

Mi madre, y nuestra familia en general, era una gran consumidora de azucar y de pequeños solíamos ir a Andorra dos o tres veces al año para comprar cosas baratas y entre ellas sacos de 10 kgs de azucar. Esto lo cuento porque mi madre no concebía la posibilidad de hacer mermeladas sin añadirle azucar en grandes cantidades.

Por eso, cuando me daba mermelada siempre le decía que no le pusiera azucar porque era excesivamente dulce para mi. Obviamente, a mi madre esto le parecía la cosa más extravagante del mundo.. ¿Como no ibas a poner azucar en la mermelada?.

Mermelada de manzana sin azucar

En 2013, mi madre me dió un bote de mermelada «sin azucar» que aun conservo. Probablemente ya esté bastante mal después de 11 años aunque quien sabe cuanto aguantaba el «baño maría» al que mi madre sometía sus conservas.

En todo caso, continuaré guardando la mermelada como recuerdo. Obsérvese el cambio de color que ha tenido cuando lo comparamos con la foto que le hice en 2017.

Las llaves de mis padres

Compré el otro día una tabla de cortar de madera y le pegué usando unos clavos algunas de las llaves de mis padres que recuperé de su casa antes de que la vendiéramos hace algunos años.

Las llaves de mis padres

La descripción de las llaves comenzando por la primera fila de izquierda a derecha y continuando con la segunda es la siguiente:

    • La puerta antigua de la casa de La Gornal donde vivió mi abuelo. Antes de la reforma que se hizo hace unos 40 años o así, la puerta era muy grande y permitía la entrada de carros.
    • Una de las puertas de la vitrina del comedor.
    • La puerta de seguirdad de entrada al piso de Josep Miret, donde vivían mis padres.
    • La cerradura de la puerta de entrada al edificio de Josep Miret.
    • El armario de la habitación de mis padres.
    • La puerta del armario donde se guardaban las bebidas.
    • La llave antigua de la entrada al edificio de Josep Miret antes de que cambiasen la cerradura.
    • La puerta inferior del armario del comedor que mi madre utilizaba como despensa.
    • La otra puerta del mueble contiguo que había en el comedor.
    • La llave de un mueblecito que teníamos en el recibidor.
    • La llave de los cajones del aparador que había en la habitación de mis padres.
    • La llave de una caja de caudales que hackeé para poder abrirla después de que se le rompiera a mi padre.

Ya tengo la doble nacionalidad

Pues después de esperarlo ansiosamente, por fin he conseguido la doble nacionalidad gracias a mi nuevo pasaporte de la Neue Slowenische Kunst o símplemente NSK. Si no te suena esta nación, puedes intentar encontrarla en Google Maps o en nskstate.com.

Ya tengo ganas de cruzar alguna frontera fuera del espacio Schengen para probarlo. Ya contaré como va la experiencia.

La equidistancia

El 22 de diciembre de 1891 se publicó una de las patentes que más ampliamente se ha utilizado en el mundo, la US465588: el rollo de papel higiénico. Como todas las patentes, los detalles son accesibles desde Google Patents.

El dibujo original del rollo de papel higiénico no deja lugar a dudas sobre como debe montarse: con la tira de papel extraíble en la parte más separada de la pared.

Probablemente después de esta clara evidencia aun haya gente que siga dudando o que crea que hacerlo de la otra forma es mejor y la verdad es que es muy respetable aunque obviamente están equivocados.

Lo importante es tener claro donde estás y defender tus ideas (rollo hacia adelante o hacia atrás) porqué ¿Qué puedes esperar de alguien al que le de igual colocar el rollo de una forma u otra?

La equidistancia es al final lo que hará que nuestro mundo desaparezca si no somos capaces de defender en lo que creemos, de luchar por lo que queremos y posicionarnos. Todo comienza por darnos igual la posición del rollo en el cuarto de baño y termina ignorando la guerra entre Rusia y Ucrania, la matanza de palestinos por parte de Israel y la desaparición de los glaciares.

El Carril Bici en Barcelona

Hace ya bastantes años que suelo moverme en bicicleta por Barcelona (con el Bicing) de forma combinada con el metro, el tranvía y en moto.

Por las mañanas, suelo utilizar el larguísimo carril bici que recorre la Diagonal de punta a punta en un recorrido de unos 8 kms y me he dedicado a estudiar los diferentes tipos de usuarios que lo recorren:

    • Los chavales jóvenes que van en bicing eléctrico. Tienen pinta de ir a la universidad y suelen provenir del upper Diagonal por encima de Francesc Macià. Siempre van impecáblemente vestidos e imagino que no cogen la bicicleta convencional para no sudar.
    • Los usuarios de bicing clásico. Abnegádamente, recorren cada día la Diagonal porque consideran que ir en bici mecánica es una buena forma de hacer un poco de ejercicio y porque piensan que no vale la pena comprarse una bici propia porque te resta flexibilidad.
    • Usuarios con bici propia eléctrica. Probablemente son los más abundantes y los hay de todos los tipos. Suelen llevar desde minibicicletas hasta mountain-bikes con motor. Obviamente, ir con tu bici, te impide cambiar de planes, ir de compras al salir del trabajo o quedar con amigos, a no ser que quieras ir con la bici a rastras todo el día.
    • Los padres con bicis portaniños. Muy al alza, los hay desde los que van con bicis clásicas con la silla portaniños hasta los más psicodélicos que llevan vehículos de ruedas anchas y bastante largos que tienen pinta de ser caras y pesadas. En todo caso, la mayoría de los usuarios de este grupo son bastante hippie-pijos. Ya me endendeis… como los que viven por el Poblenou.
    • Los usuarios de patinete eléctrico. Generalmente son gorditos y gorditas entrañables a los que les da palo andar más de 3 metros por la calle sin ir motorizados. Los hay de todos los colores y nacionalidades pero eso si, van siempre super-abrigados, como si fueran al polo norte.

Y hay algunos más pero los dejo para un próximo post. Por si os interesa, yo suelo coger generalmente el bicing mecánico para ir a trabajar y el eléctrico para volver, pero sin una rutina fija establecida.

Alinear las puertas de Ikea

Me entusiasma Ikea. No tanto su extenso catálogo o el infierno de sus tiendas o el espacio de comidas sino la forma en que innovan en cada proceso y sobretodo la forma en que intentan mejorar el montaje de sus muebles para que cada vez sea más fácil y no haga falta ser ingenierio de la NASA.

La última sorpresa ha sido en la línea de armarios Platsa en la que no necesitas ninguna herramienta para montarlos: la unión de los cuatro lados del armario se realiza a presión y la madera posterior se une a la estructura con unas grapas de plástico (realmente no se como llamarlas porque son como una especie de taco al que después le pones una «chincheta» alargada también de plástico para fijarlo) que puedes poner con la mano. Muy brillante.

Las puertas ya son otra cosa, y aunque siguen estando a años luz de calidad de otras marcas de muebles supuestamente mejores, la tecnología asociada a su ajuste no ha evolucionado mucho en algunos años y sigue siendo uno de mis talones de aquiles cuando monto muebles.

Además, las instrucciones de ajuste vienen impresas en la bolsa de plástico que contiene cada una de las bisagras por lo que además de ser complicado leerlas a veces (sobre todo si has abierto la bolsa con los dientes y te has llevado un trozo del dibujo), si las quieres guardar junto con las instrucciones del resto del armario no es muy cómodo.

Alineamiento de las puertas de Ikea

Así que para que no se me pierdan, hoy he escaneado la bolsa para tener las instrucciones a mano para realinear las puertas a medida que el tiempo las vaya moviendo.

Los mejores números del 1 al 50

Ya aviso que este no va a ser un gran post para la inmensa mayoría de los lectores que llegueis a ella. Pero para una pequeña (o pequeñísima) porción de ellos será una revolución total y una nueva forma de enfocar el mundo.

Agrupados por decenas, estas son las cifras más importantes del 1 al 50:

      • Del 1 al 10: El 7, que es el número de días que tiene una semana.
      • Del 11 al 20: El 12, que es el número de meses que tiene un año.
      • Del 21 al 30: El 24, que es el número de horas que tiene un día.
      • Del 31 al 40: El 33, que son los años a los que murió Jesucristo.
      • Del 41 al 50: El 42, que son el número de kms que tiene un maratón.

Y a partir de aquí podríamos desarrollar más series agrupando decenas hasta llegar al 100 o al 200.

Teoría de la Disruptividad, revisada

Hace ya 14 años que publiqué la Teoría de la Disruptividad para sentirte vivo todos los días de tu vida y no acabar sumido en la desgracia y la grisicitud. Y ha llegado el momento de revisarla y mejorarla.

    • Cada día, haz algo disruptivo y nuevo. Por ejemplo, ir al trabajo por una calle distinta o comprar algo nuevo en el supermercado.
    • Cada semana, haz algo épico y que te ponga a prueba. Por ejemplo, subir un pico, cruzar tu ciudad andando o sacarte el carnet de moto.
    • Cada mes, haz algo memorable que perdure en el tiempo. Por ejemplo, terminar el árbol genealógico de tu familia, reconectar con tu novia de hace 25 años o hacer un ironman.
    • Cada año, haz algo imposible. Convierte en posible lo imposible. Haz una lista de cosas totalmente imposibles de conseguir y que desees, elije una y revierte su naturaleza, conviértela en realidad.

El nuevo punto añadido es el último y es probablemente el generador de felicidad más importante ya que cuando crees que puedes hacer cosas imposibles, el mundo nunca más vuelve a ser la misma mierda aburrida y depresiva que vive el 99% de la gente.