Pepinos «wonky»

Cayo el otro día en mis manos, en nuestra oficina de Londres, una lata de refresco con burbujas y pepinos «wonky». Al preguntar que quería decir lo de wonky me dijeron que significaba feo, con defectos.

Efectivamente, durante muchos años nos hemos esforzado por cultivar frutas bonitas y de buen aspecto y ahora de repente, comienzan a aparecer marcas que no solamente reivindican que se utilicen vegetales y frutas defectuosos sino que encima el precio es más elevado como en el caso de Veritas, justificándose que al no llevar pesticidas los pájaros los picotean (poniendo una malla se arreglaría el problema, como hacen muchos).

Me ha encantado el emblema «Wonky» en la parte posterior de la lata: «Luchando contra el desperdicio de comida aceptando imperfecciones. Juzgamos el sabor, no el aspecto.«

No hay nada como ser un hacha del marketing para hacernos consumir cualquier cosa.

El gramófono de mis abuelos

Desde que era pequeño sabía que había un gramófono muy antiguo en la casa de La Gornal de mis abuelos maternos. Recuerdo poniendo discos en un dispositivo que iba con una manibela y que no necesitaba de electricidad ni pilas para escuchar música y de las agujas que se tenía que ir cambiando cuidadosamente para no rallarlos.

El gramófono de mis abuelos

Cuarenta años después, me he traído a casa el gramófono, lo he limpiado, he apretado algún tornillo y ha vuelto a sonar. Además también me he traído la colección de 17 discos con anotaciones del año, con una canción por cara.

El gramófono funcionando

El gramófono es de la marca The Gramophone Company Ltd., ubicada en Hayes en el antiguo condado de Middlesex en Inglaterra. Hoy en día, Hayes pertenece al barrio de Hillingdon en Londres.

Etiqueta con la marca «His Master’s Voice» en el estuche de los discos

The Gramophone Company Ltd. era además la propietaria de una de las primeras discográficas, His Master’s Voice o La Voz de su Amo, en español. En el gramófono aparece el nombre de la discográfica en inglés pero en algunos discos que tengo está en español. Además también hay discos de otras discográficas como Odeón (1951), Columbia (1946), MGM (1949) y Decca.

Disco El Amor Brujo (De Falla), editado por La Voz de su Amo

Al abrir el gramófono, hay una etiqueta metálica con el nombre de la tienda donde posiblemente se adquirió el gramófono: «Hijo de Guillermo Puig S. en Calle Pelayo, 14 – Sucursal Ronda San Pablo 68-70 – Barcelona«. Buscando un poco en hemerotecas he encontrado algunos anuncios de la tienda alrededor de 1930.

Etiqueta del vendedor del gramófono

Investigando un poco, creo que el modelo pudo ser comprado alrededor de 1930 y lo que no me queda claro es quién lo hizo. Se me hace difícil pensar que fueran mis abuelos porque nunca nadaron en la abundancia y es probable que quizás fuera un regalo de los dueños de la casa de Pedralbes donde servían (mi madre abuela cocinaba y mi abuelo era chófer).

El mejor bolígrafo de hotel

En mayo de 2015 activé la función de Cronología de Google Maps. En los últimos 9 años, siempre según Google, he estado en 31 países y 487 ciudades. He ido a 989 restaurantes, 60 aeropuertos diferentes y 267 hoteles.

Y ahí es donde quería yo ir. Totalmente heredado de mis padres y de su política de «si es gratis, me lo quedo, lo necesite o no», las amenities (no se como se dice en español) del baño, las cápsulas del café, el te y los chocolates solubles son incluso hoy en día una tentación cada vez que dejo un hotel. Lo único que me suelo llevar son las pastillas de jabón, si son aceptáblemente bonitas, porque en casa sigo utilizándolas frente a los jabones líquidos.

Lo que sí centra mi atención son los blocs de notas, libretas y bolígrafos. Mis hijos andan siempre escribiendo y dibujando y tener a mano trozos de papel es muy útil. Mi debilidad por los boligrafos es algo especial.

La verdad es que solo utilizo bolígrafos para la lista de la compra que tengo pegada en la puerta de la nevera. En el trabajo, soy un muy feliz usuario de Remarkable desde hace ya 3 años y de Google Keep para mis cosas personales.

Pese a todo, suelo llevarme los bolígrafos de los hoteles si son cómodos y escriben bien, muchos de los cuales terminan en las manos de Pol y Blanca.

Después de toda esta larga introducción y contextualización, ha llegado el momento de saber cual es el mejor bolígrafo de hotel. El agraciado de entre los 267 hoteles en los últimos 9 años es el London Bridge Hotel, junto a nuestra oficina del Shard en Londres.

El bolígrafo del London Bridge Hotel en Londres

La razón de tan importante distinción es la suavidad con la que escribe. No recuerdo haber usado nunca un bolígrafo que sea tan cómodo y que prácticamente escriba solo. Ni siquiera comprándolo, he sido capaz de encontrar una punta tan suave que hace que la tinta se deslice como por arte de magia sobre el papel.

La punta del bolígrafo

Además, el trazo es contínuo y uniforme, algo que siempre es muy agradable tanto cuando escribes como cuando lees. En la foto superior he hecho un poco de zoom para ver el detalle de su punta.

Si teneis la oportunidad de pasar por ese hotel en Londres, pedid un boli. No os arrepentireis.

Vino Celler Sampietro 2003

Mi padre, Alberto Sampietro Garcés, tenía un pequeño trozo de huerto donde cultivaba algunos árboles frutales, patatas, verduras y uva. Yo creo que no tendría más de 10 o 15 vides pero eran suficientes para cada año hacer varias botellas de vino totalmente artesanal y ecológico.

Conseguí rescatar esta antigua botella hace ya algunos años. Es de la vendimia de 2003 y el tipo de uva es Xarel.lo y Garnatxa. El huerto está ubicado en el término municipal de Castellet i la Gornal, en el Alt Penedés, en el límite de la provincia de Barcelona y a menos de un kilómetro de la de Tarragona. La ubicación del terreno donde se cultivó la uva de este vino se puede ver en Google Maps aquí.

El prensado de la uva fue realizado manualmente utilizando sacos de patatas donde dentro de los cuales se ponía la fruta y se retorcía hasta que todo el mosto se había extraído. En otras ocasiones también pisábamos la uva con los pies, a la vieja usanza, y de hecho por algún lado hay una foto de mis sobrinas en pleno proceso.

Esta mañana me he dedicado a «restaurar» la etiqueta antes de que se rompa del todo. Básicamente la he forrado con celo.

Moscas en la cocina

Uno de los mayores enigmas del siglo XXI es saber porqué siempre hay moscas pequeñas en la cocina. Da igual que sea verano o invierno, siempre ves mosquitillas volando. Obviamente no muchas, pero una o dos siempre purulan por ahí.

Pues bien, después de un estudio concienzudo de varios meses creo que he resuelto el enigma. Inicialmente pensé que eran los tomates (que nunca hay que poner en la nevera) así que los quité durante unas semanas y nada, ahí continuaban las mosquitas. Luego hice lo mismo con los plátanos y resto de frutas, y ahí continuaban. Finalmente, quité todas las frutas y tomates que había fuera de la nevera e intenté que nunca hubiera basura. Y ahí continuaban las mosquitas… hasta que pasé a la siguiente fase de la investigación.

La Nespresso. No se porqué no se me había ocurrido antes. Fue prestar un poco de atención a los restos de café líquido que se almacenan en el depósito debajo de las cápsulas para descubrir que había unas pequeñas larvas blancas. No hacía falta ser Félix Rodríguez de la Fuente ni el Director del National Geographic para saber que eras larvas de moscas que habían depositado sus huevos ahí (ver vídeo completo aquí).

Larvas de mosca en la Nespresso

Después de limpiar diariamente el líquido restante del café, las moscas habían desaparecido. Sin embargo, había que buscar una solución mejor porque vaciar el depósito cada día no era muy eficiente. Al final la solución definitiva ha sido poner unas gotas de lejía cuando vacío el depósito una vez cada diez días o así.

Y el problema se ha solucionado por completo. Mi única duda que me asalta es a que categoría de Premio Nóbel debería presentarme después de este gran descubrimiento: ¿el de medicina, el de física o el de química?.

La mermelada de mi madre de 2013

A mi madre le encantaba cocinar y preparar conservas y entre sus hobbies estaban el de hacer mermeladas con las frutas que recogíamos del pequeño huerto que teniamos (y que aun tengo) en Gornal.

Mi madre, y nuestra familia en general, era una gran consumidora de azucar y de pequeños solíamos ir a Andorra dos o tres veces al año para comprar cosas baratas y entre ellas sacos de 10 kgs de azucar. Esto lo cuento porque mi madre no concebía la posibilidad de hacer mermeladas sin añadirle azucar en grandes cantidades.

Por eso, cuando me daba mermelada siempre le decía que no le pusiera azucar porque era excesivamente dulce para mi. Obviamente, a mi madre esto le parecía la cosa más extravagante del mundo.. ¿Como no ibas a poner azucar en la mermelada?.

Mermelada de manzana sin azucar

En 2013, mi madre me dió un bote de mermelada «sin azucar» que aun conservo. Probablemente ya esté bastante mal después de 11 años aunque quien sabe cuanto aguantaba el «baño maría» al que mi madre sometía sus conservas.

En todo caso, continuaré guardando la mermelada como recuerdo. Obsérvese el cambio de color que ha tenido cuando lo comparamos con la foto que le hice en 2017.

Las llaves de mis padres

Compré el otro día una tabla de cortar de madera y le pegué usando unos clavos algunas de las llaves de mis padres que recuperé de su casa antes de que la vendiéramos hace algunos años.

Las llaves de mis padres

La descripción de las llaves comenzando por la primera fila de izquierda a derecha y continuando con la segunda es la siguiente:

    • La puerta antigua de la casa de La Gornal donde vivió mi abuelo. Antes de la reforma que se hizo hace unos 40 años o así, la puerta era muy grande y permitía la entrada de carros.
    • Una de las puertas de la vitrina del comedor.
    • La puerta de seguirdad de entrada al piso de Josep Miret, donde vivían mis padres.
    • La cerradura de la puerta de entrada al edificio de Josep Miret.
    • El armario de la habitación de mis padres.
    • La puerta del armario donde se guardaban las bebidas.
    • La llave antigua de la entrada al edificio de Josep Miret antes de que cambiasen la cerradura.
    • La puerta inferior del armario del comedor que mi madre utilizaba como despensa.
    • La otra puerta del mueble contiguo que había en el comedor.
    • La llave de un mueblecito que teníamos en el recibidor.
    • La llave de los cajones del aparador que había en la habitación de mis padres.
    • La llave de una caja de caudales que hackeé para poder abrirla después de que se le rompiera a mi padre.

Ya tengo la doble nacionalidad

Pues después de esperarlo ansiosamente, por fin he conseguido la doble nacionalidad gracias a mi nuevo pasaporte de la Neue Slowenische Kunst o símplemente NSK. Si no te suena esta nación, puedes intentar encontrarla en Google Maps o en nskstate.com.

Ya tengo ganas de cruzar alguna frontera fuera del espacio Schengen para probarlo. Ya contaré como va la experiencia.