El gran dilema de los ascensores

Vivo en un ático en Barcelona con dos ascensores, un poco viejos la verdad, pero que a nivel electrónico es lo más brillante y eficiente que he visto en toda mi vida.

Uno de ellos, el de la izquierda, puede bajar hasta el parking mientras que el de la derecha solo llega hasta la planta baja. Si estoy en mi piso, pulsando la botonera externa del de la derecha me envía el ascensor que está más próximo, mientras que si pulso el de la izquierda, vendrá siempre el ascensor de la izquierda porque se supone que quiero ir al parking. Brillante.

Pero ahí no termina todo, lo mejor es que tiene un sistema que desconozco, quizás con IA, que le permite predecir el uso de los ascensores durante todo el día de tal forma, que el tiempo de espera siempre sea mínimo. Es decir, que en general, cuando entro por la puerta del edificio, al menos, uno de los ascensores está siempre esperándome y muchas veces los dos.

Y ahi llegamos al mayor de los dilemas: si están los dos ascensores disponibles en la planta baja, ¿Cual debo coger?.

Tengo que reconocer que hacerlo de forma random no sería propio de mi por lo que sistemáticamente, siempre, antes de coger uno u otro pienso en el motivo principal para decidir entre el de la izquierda y el de la derecha.

Así pues, el razonamiento y la solución final al dilema es que tengo que coger el ascensor de la derecha porqué así disminuyo el tiempo de uso del de la izquierda. De esta forma disminuyo también la posibiidad de incidencias porque el de la izquierda es más crítico que el de la derecha ya que es el único medio (además de la escalera) para acceder al parking.

Pero hay una excepción y es cuando tengo que subir a casa a dejar o coger algo y de ahí bajar al parking a por el coche. En ese caso, la mejor opción es coger el ascensor de la izquierda porque asi ya lo tendré arriba esperando con una alta probabilidad cuando vuelva a salir para bajar a la planta -2.

Calculadora del Precio de Hora Vital

Ya hace 11 años de la primera fórmula para calcular cuanto vale una hora de tu vida y después de todo este tiempo he vuelto a calibrarla para hacerla más exacta a la realidad.

Al final, conocer el precio de hora vital es importante para tomar decisiones del tipo «¿Tengo que invertir tiempo pintando mi casa o es mejor subcontratarlo?» o «¿Cual es el precio justo en caso de que me secuestren?».

En el cálculo del precio de una hora de tu vida intervienen diferentes factores pero básicamente la fórmula que he sintetizado se basa en la ley de la oferta y la demanda: cuanto más tiempo necesitas (para estar con tus hijos, pareja/s, hobbies,…) mayor será el precio mientras que si dispones de mucho tiempo pero nada que hacer, el precio bajará. Tu capacidad adquisitiva, como no puede ser de otra forma, es la que marca el precio inicial a partir del cual se articula lo anterior.

Si rellenas el siguiente formulario y pulsas en «calcular» obtendrás tu Precio de Hora Vital (PdHV) y el Precio Total de tu Vida (PTdtV).




Tu Precio de Hora Vital es €/hora


El Precio Total de tu Vida es

Para calcular el precio total de tu vida, solo hay que multiplicar el número de horas que esperas continuar viviendo por el Precio de Hora Vital que has obtenido y ya está. He asumido que todo el mundo aspira a vivir al menos hasta los 100 años.

Si te sale un precio negativo, hay personas que pueden ayudarte.

La circularidad de la inteligencia

Si algo está sobradamente comprobado es que la inteligencia no te proporciona felicidad. De hecho, las personas con un coeficiente intelectual (IQ) más elevado tienden también a ser los más infelices, arrastrados a la depresión e imcomprensión.

Para explicarlo siempre recurro al concepto de la «circularidad de la inteligencia». Cuando tu IQ es bajo, no sueles tener grandes preocupaciones en la vida, principalmente comer y pasártelo bien, pero a medida que tu IQ aumenta también sientes la necesidad de hacer o alcanzar otras metas tales como formar una buena y próspera familia, tener un buen trabajo, ser reconocido, etc…. y claro, nada de eso es fácil de alcanzar y ahí empiezan los problemas y la frustación.

Pero ahí no termina todo, es cuando realmente tu IQ es muy alto cuando tus preocupaciones aumentan porque necesitas llegar a entender el funcionamiento de demasiadas cosas, controlar los tiempos y alcanzar la perfección. Las expectativas de la gente excesivamente inteligente y brillante siempre suelen ser inferiores a lo que son capaces de alcanzar. Hay muchos ejemplos de mentes brillantes totalmente infelices: Albert Einstein, Steve Jobs, Van Gogh, Edgar Allan Poe, Beethoven o Newton, muchos de los cuales sufrieron depresión grave, pensaron en suicidarse, eran bipolares o manifestaron públicamente su infelicidad.

En los casos más severos de coeficientes intelectuales muy elevados, la necesidad de entender el universo y su funcionamiento se vuelve símplemente una quimera imposible arrastrando a sus protagonistas a la locura total. Probablemente los ejemplos más extremos los encontramos en Cantor, Boltzmann, Gödel y Turing.

Llegado a ese extremo de locura total, un IQ muy alto se convierte a nivel sintomático en un IQ muy bajo, tomando decisiones que carecen de ningún tipo de sentido y aceptando hipótesis y teorías totalmente descabelladas propias de personas con bajo coeficiente intelectual. A esa transición brusca de IQs podríamos llamarla «Transición Cero» y se sitúa entre los IQs más elevados y los más bajos.

Es interesante el caso de Kurt Gödel, uno de los lógicos matemáticos más importante de todos los tiempos, que vivió los últimos años de su vida obsesionado con la idea de que iba a ser envenenado por lo que solo comía comida cocinada por su mujer. El 14 de enero de 1978 falleció, según el certificado de defunción, por «desnutrición e inanición causadas por perturbaciones en la personalidad» al haber sido su mujer hospitalizada por un período de 6 meses.

Lo mejor, sin duda alguna, es no ser muy inteligente, como yo, entre IQ bajo e IQ medio, porque eso te dará durante toda tu vida mucha felicidad.

Moscas en la cocina

Uno de los mayores enigmas del siglo XXI es saber porqué siempre hay moscas pequeñas en la cocina. Da igual que sea verano o invierno, siempre ves mosquitillas volando. Obviamente no muchas, pero una o dos siempre purulan por ahí.

Pues bien, después de un estudio concienzudo de varios meses creo que he resuelto el enigma. Inicialmente pensé que eran los tomates (que nunca hay que poner en la nevera) así que los quité durante unas semanas y nada, ahí continuaban las mosquitas. Luego hice lo mismo con los plátanos y resto de frutas, y ahí continuaban. Finalmente, quité todas las frutas y tomates que había fuera de la nevera e intenté que nunca hubiera basura. Y ahí continuaban las mosquitas… hasta que pasé a la siguiente fase de la investigación.

La Nespresso. No se porqué no se me había ocurrido antes. Fue prestar un poco de atención a los restos de café líquido que se almacenan en el depósito debajo de las cápsulas para descubrir que había unas pequeñas larvas blancas. No hacía falta ser Félix Rodríguez de la Fuente ni el Director del National Geographic para saber que eras larvas de moscas que habían depositado sus huevos ahí (ver vídeo completo aquí).

Larvas de mosca en la Nespresso

Después de limpiar diariamente el líquido restante del café, las moscas habían desaparecido. Sin embargo, había que buscar una solución mejor porque vaciar el depósito cada día no era muy eficiente. Al final la solución definitiva ha sido poner unas gotas de lejía cuando vacío el depósito una vez cada diez días o así.

Y el problema se ha solucionado por completo. Mi única duda que me asalta es a que categoría de Premio Nóbel debería presentarme después de este gran descubrimiento: ¿el de medicina, el de física o el de química?.

Ascensor con Lego

Pol, Blanca y yo estuvimos el fin de semana pasado construyendo un ascensor con Lego. Obviamente, la mayor complejidad estaba en el mecanismo eléctrico para mover el ascensor entre las distintas plantas y más concretamente para hacerlo bajar.

En el diseño inicial, pusimos la caja del ascensor dentro de un armazón pero la fricción por sus cuatro lados hacía que el motor lo hiciera subir pero no bajar. Para solventarlo, montamos una nueva columna de pisos donde solamente había rozamiento en dos puntos que equivalían al 5% de todo el perímetro de la caja del ascensor. Y funcionó!.

Ascensor eléctrico hecho con Lego

El siguiente pasó será añadirle los botones de los pisos y algún sistema electrónico para poder controlar que el motor se detenga en cada una de las plantas al pulsarlos. Quizás un buen momento para comenzar con un Arduino.

Ruido Blanco

Uno de los métodos favoritos de Pol para relajarse y dormirse es el ruido blanco.

Básicamente, y para entenderlo, el ruido blanco se caracteriza por no tener una frecuencia o frecuencias predominantes sino componentes de potencia aleatorios a lo largo de todo el espectro audible (de 20Hz a 20KHz). Para escucharlo, pulsa aquí.

Para generarlo tenemos un aparato (ver foto) que se puede comprar en muchas tiendas de niños que funciona genial. Además de ruido blanco también tiene melodías, sonidos de pajaritos y de corazón latiendo (que también relaja a los bebés).

Generador de ruido blanco
Generador de ruido blanco

Otra alternativa es bajarse alguna app al teléfono.

Inteligencia artificial aplicada a humanos

Se habla últimamente mucho de inteligencia artificial («AI» en inglés),sobre sus aplicaciones y sobre todos los aspectos éticos que la rodean.

Y pese a que se habla mucho y muy locuazmente sin saber muy bien que es y para que se utiliza, sobre lo que no se dice nada es sobre el que creo debería ser su aplicación principal como ayuda para la gente algo torpe, la que últimamente abunda mucho.

Por ejemplo, imaginemos unas gafas que permitieran ver y escuchar y que ofrecieran a su portador  propuestas de decisión «inteligentes» como cuando estamos negociando una hipoteca, estamos en una pelea, tenemos que invertir en bolsa o simplemente tenemos que ir a votar a unas elecciones generales.

Sería interesante intentar imaginar lo que pasaría en una sociedad compuesta por listos «naturales» y listos «artificiales» y si habrían unos dominando a otros o simplemente sería una sociedad armoniosa.

¿Tan malo es el cambio climático?

Las voces alarmistas sobre todas las catástrofes que se le suponen al cambio climático que estamos sufriendo se suceden a diario. Sin embargo, mi visión es algo distinta.

Dejando a un lado el hecho de que continuamos dentro de la llamada Glaciación Cuaternaria y que los cambios climáticos han sucedido desde siempre en la Tierra, lo extraño no es que tengamos un aumento de la temperatura mundial sino que no lo hayamos tenido antes. De hecho, la principal anomalía climática al analizar los últimos 2.400 millones de años (hasta donde se puede analizar) sugiere que se está produciendo en los últimos 10.000 años a través de un clima extremadamente estable que ha propiciado el desarrollo humano a través de la aparición de la agricultura y la ganadería (recomiendo la lectura de «Armas, gérmenes y acero: breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años» de Jared Damond). Sin un clima estacional estable, no hubiera sido posible mantener y evolucionar las diferentes variantes de alimentos cultivados a través de la selección artificial de sus mutaciones genéticas (a ver quien es capaz hoy en día de comerse una manzana o cereza salvaje no cultivada -el sabor suele ser bastante amargo-).

Resumiendo, lo normal es que estuviéramos ya en un período de desglaciación total sin prácticamente hielo en los polos, con un nivel del mar superior al actual y con bastantes zonas desérticas más… pero también con mucha más población desplazada hacia el norte, principalmente en las grandes, verdes, inhabitadas y frías áreas de Rusia y Canadá.

Pero es que además, cuando analizamos el consumo eléctrico de todos los países del mundo y aislamos el factor riqueza que obviamente condiciona el uso que hacemos de la electricidad, el resultado más interesante es que los lugares donde se gasta más es precisamente en las zonas más frías del planeta: Canadá, Rusia, China, Estados Unidos, Noruega, Suecia, Islandia, etc…

Con esta información, la pregunta obvia es ¿Cuanto podríamos ahorrar en calefacción si solamente aumentásemos 5 grados la temperatura media anual?. Vivo en Newcastle (en el norte de Inglaterra) desde octubre y ni un solo minuto desde que llegué me he podido permitir el lujo de apagar la calefacción: algunos días puede que esté más baja pero nunca la he apagado, ni incluso por la noche porque aunque el aislamiento sea muy bueno, el vivir permanentemente entre los -5 y los 5 grados en invierno no te permite tener apagados los radiadores el 80% del tiempo como en Barcelona.

El resumen de todo este análisis es que si aumentasen unos grados la temperatura media el ahorro energético podría ser muy considerable y que la migración natural de personas desde el centro hacia los polos no debería ser un problema porque nuestro planeta está muy deshabitado en las actuales zonas frías y es algo que ha sucedido desde siempre y volverá a suceder. Solamente tenemos que estar preparados y aceptarlo como algo natural.