Dinero, dinero, dinero…

El otro día, cenando con Dídac, me recordaba un viejo post que publiqué acerca de la gestión de marrones. En concreto, se trataba de un pequeño compendio de ideas para ganar dinero, que como todo el mundo sabe, es una de las claves de la felicidad.

Básicamente, existen 3 vías principales:

  1. Ganar dinero con el sudor de tu frente (trabajando para alguien).
  2. Ganar dinero con el sudor de la frente de los demás (haciendo que los demás trabajen para ti; o sea montando una empresa).
  3. Ganar dinero a través de fuentes alternativas y quizás un poco riscosas (invertir en bolsa, ebay,…).

Existen otras formas tales como las loterías, robar o heredar pero no las incorporo en las opciones principales porque o son no controlables o te pueden llevar a la cárcel.

Para los menos arriesgados y más conservadores, sin duda, la mejor opción es la 1 (Ganar dinero con el sudor de tu frente) aunque las posibilidades de que te hagas inmensamente rico son bastante limitadas a la mínima que hagas un básico cálculo matemático: multiplica el precio hora máximo por el que puedes vender tus servicios y múltiplicalo por el número de horas que tiene el dia; eso es lo máximo que podrás ganar en tu vida por día.

También podemos intentar un mix entre la opción 1 y la 2, por ejemplo trabajar duro haciendo gestión en una gran empresa sin que esa empresa sea la tuya. Para conseguirlo es necesario llegar hasta la posición deseada y para lograrlo quizás sean útiles algunas ideas:

1. Alegría. Trabaja con alegría y entusiasmo. Si vas al trabajo triste es que no te gusta. Cámbiate.

2. Marrones. Cómprate un buen tenedor y un buen cuchillo y cómete los marrones en silencio y sin protestar porque esto te curtirá. Lo que más agradecerá tu jefe es que no le generes problemas, que cuando debes hacer algo lo hagas con independencia, con valentía y totalmente orientado al objetivo final.

3. Relaciónate y conoce gente. Esto es básico porque las cosas solo funcionan si conoces a tu interlocutor y puedes llamarlo cuando el «proceso» se ha encallado. Tienes que trabajar en networking dentro y fuera del trabajo con colegas, clientes, proveedores y sobre todo amigos. Utiliza herramientas tipo Xing o Linkedin. Manténte en contacto con todos tus excolegas.

4. Entiende la compañía. Tienes que conocer la estructura de la compañía, quién es quién, los responsables, los que toman las decisiones. Tienes que conocer la estrategia y objetivos de la misma. Ínvestiga el proceso de toma de decisiones, las redes de influencia, las «familias», los objetos de justificación clave (crecimiento, mercado, rentabilidad, ventas,…). Justifícalo todo con un plan de negocio que relacione lo que pretendes con lo que ganará la compañía si lo hace. Muévete como pez en el agua.

5. Piensa en grande. Para ser grande tienes que pensar en grande. Conviértete en una referencia y aunque trabajes a nivel de detalle nunca olvides el objetivo de alto nivel que persigues. Si es preciso escríbete los macro-objetivos de tu trabajo y cuélgatelos delante de ti para que «no te despistes». Ejemplo: si eres el responsable de una unidad, recuerda que tienes dos objetivos principales: ganar dinero y que tu cliente esté contento. Es por ello que diariamente deberás revisar la rentabilidad que está obteniendo tu equipo y hablar con tu cliente.

Bueno, podría seguir escribiendo consejos e ideas, pero creo que con practicar estas 5 se avanza un montón. El resumen de todo lo dicho es que aunque seas el mejor del mundo trabajando solo, en una compañía debes conocer las piezas clave que la componen y como moverlas cuando se presentan problemas delante del camino (procesos que no funcionan, negativas de tus jefes, sobrecargas inesperadas, etc).

Record del Mundo de Maratón

No todos los días tienes la oportunidad de correr en una carrera en la que se bate un record del mundo… Ayer, en Berlín, el etíope Haile Gebrselassie hizo trizas el record del mundo de maratón dejándolo en 2h 04′ 26», casi 30 segundos menos que el tiempo que consiguió Paul Tergat en 2003. En mi caso me tuve que conformar con 3h 47′ 43», mi mejor marca desde 1999.

El Nacimiento de Arvisa

En 1992 Víctor, José Miguel y yo creamos Arvisa (cuyas siglas eran las iniciales de nuestros apellidos: ARoca-VIcente-SAmpietro). La idea era ganar dinero con lo que habíamos aprendido en la universidad (?!). Planeamos muchas cosas, entre ellas el sistema de conexión de calculadoras a ordenador por un 10% de coste que tenían las interfaces comerciales, pero hicimos muy pocas: sistemas electrónicos «a medida» para estudiantes (quizás para sus prácticas y proyectos de fin de carrera…) y tres decodificadores de datos para emisoras de radio que permitían la recepción directa de imágenes de satélite, RTTY y televisión de barrido lento. Hoy, me he deshecho de un montón de trastos «electrónicos», entre ellos, un prototipo digital increible que permitía transmitir un código de llamada DX de forma automática y repetitiva conectado a un emisor de rádio.

6 Grados de Separación

Las redes sociales-profesionales como Xing y Linkedin, entre otras, utilizan una curiosa y asombrosa teoría llamada «Seis grados de separación» que explica que cualquiera en la Tierra puede estar conectado a cualquier otra persona en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cuatro intermediarios. La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por Frigyes Karinthy en una corta historia llamada Chains. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera.Investigando un poco en Wikipedia, he descubierto que en la década de los 50, Ithiel de Sola Pool y Manfred Kochen se propusieron demostrar la teoría matemáticamente. Aunque eran capaces de enunciar la cuestión «dado un conjunto de N personas, ¿cual es la probabilidad de que cada miembro de estos N estén conectados con otro miembro vía k1, k2, k3, … , kn enlaces?», después de 20 años desistieron y no fue nuevamente hasta 1967 cuando el psicólogo Stanley Milgram ideó una nueva manera de probar la teoría, que él llamó «el problema del pequeño mundo». Al azar seleccionó varias personas del medio oeste estadounidense para que enviaran tarjetas postales a un extraño situado en Massachusetts, situado a varios miles de kms de distancia. Los remitentes conocían el nombre del destinatario, su ocupación y su localización aproximada. Se les indicó que enviaran el paquete a una persona que ellos conocieran directamente y que pensaran que fuera la que más probabilidades tendría, de todos sus amigos, de conocer directamente al destinatario. Esta persona tendría que hacer lo mismo y así sucesivamente hasta que el paquete fuera entregado personalmente a su destinatario final.

Aunque los participantes esperaban que la cadena incluyera al menos cientos de intermediarios, la entrega de cada paquete solamente llevó, como promedio, entre cinco y siete intermediarios. Los descubrimientos de Milgram fueron publicados en «Psychology Today» e inspiraron la frase seis grados de separación. Sin embargo, los descubrimientos de Milgram fueron criticados porque éstos estaban basados en el número de paquetes que alcanzaron el destinatario pretendido, que fueron sólo alrededor de un tercio del total de paquetes enviados. Además, muchos reclamaron que el experimento de Milgram era parcial en favor del éxito de la entrega de los paquetes seleccionando sus participantes de una lista de gente probablemente con ingresos por encima de lo normal, y por tanto no representativo de la persona media.

Las Fiestas de Antaño en Margudgued

– Extraído del Programa de las Fiestas de San Antón de 2007 –

Aunque la fiesta de San Pedro de Verona era la fiesta pequeña de nuestra localidad, se celebraban tres días distintos. La vispera de San Pedro los mozos iban a buscar un pino cada uno y se adornaba la plaza con pinos y banderillas de papel. Después, los mozos subían al campanario de la iglesia al que se accedía a través del coro (que ya no existe) y se bandeaban las campanas.

El 29 de abril, día de San Pedro de Verona, como no, era el día grande de la fiesta. Por la mañana, se hacía la misa en honor al Santo, cantada y acompañada por la orquesta; los mozos y la orquesta se situaban en el coro durante la celebración.

Al término de la ceremonia, como todavía hoy se sigue haciendo, se bendecían las tortas, el vino y unos ramos de olivo y se salía con éstos en procesión hasta la cruz donde se hacía la bendición de los términos para que el patrón protegiera las cosechas de las tormentas. A la hora de comer, cada uno se iba a su casa y comía con sus parientes que venían de los pueblos cercanos a celebrar las fiestas.

A la caída de la tarde los mozos pasaban por las casas de las mozas para recogerlas y llevarlas al baile. «Si no íbamos a recogerlas, no salían a bailar», recuerda Ramón.

Alrededor de las 8 de la tarde comenzaba la primera sesión de baile que duraba hasta las 10 de la noche. Las orquestas estaban compuestas por músicos de localidades cercanas a la nuestra que tocaban algún instrumento como el violín, saxofón o guitarra.

Cuando terminaba el baile al que asistía gente de las localidades próximas, los vecinos del pueblo invitaban a los conocidos a cenar a sus casas, junto con los parientes. Nadie se quedaba sin cenar. Después de la cena, de nuevo los mozos pasaban por las casas de las mozas para tomar una copa y recogerlas para ir a la segunda sesión de baile.

Los demás días se celebraban más o menos de la misma manera, excepto la procesión, bendición de términos y reparto de la caridad, que se hacía sólo el 29 de abril. El último día se organizaba una rifa, en la que se sorteaban pollos, patas de cerdo, panes blancos,etc. Normalmente los agraciados con los premios los cedían para el pueblo y se juntaban mozos y mozas para cenar todos juntos con lo que les había dado la rifa. Después, de nuevo a bailar y con esto terminaban las fiestas.

Al final de todo, se pasaban cuentas de todos los gastos que había habido y se dividían entre los mozos que lo abonaban entre todos.

Escrito por Ramón Cavero Bielsa y Teresa Laplana Rodríguez

La Orden Militar de Montesa

Hace unos días, andaba por Cuenca y me encontré en un cementerio una tumba un poco antigua (1861) con una inscripción haciendo referencia a la Orden Militar de Montesa. De hecho, en la lápida se hablaba de un tal Joaquín Martí y Giner que había pertenecido a dicha Orden.

Orden de Montesa
Orden de Montesa

Esta Orden de Caballería de Nuestra Señora de Montesa fue instituida en el reinado de Don Jaime II de Aragón y aprobada por el Papa Juan XXII en 1317, siendo su objeto combatir a los musulmanes que invadían con frecuencia la costa valenciana. Cuando se extinguió en 1311 la Orden de los Templarios, el citado monarca pidió al Papa que cediese todas las rentas que aquellos tenían en sus reinados para con ellas erigir una nueva orden de carácter militar; el Papa Clemente V no accedió a la petición del Rey, pero si lo hizo el siguiente Papa Juan XXII. Los primeros que ingresaron en la Orden de Montesa fueron diez caballeros de Calatrava, siendo su primera divisa una cruz de sable. En 1400 se incorporó la Orden Militar de San Jorge de Alfama, y la insignia inicial se transformo en una cruz llana de gules, que modernamente se ha colocado, en hueco, sobre una cruz flordelisada de sable. Su incorporación a la Corona fue mas tarde que las otras; no se llevó a efecto hasta el reinado de Don Felipe II en 1587. Desde su incorporación a la Corona es una corporación meramente nobiliaria, y para su ingreso hace falta lo mismo que en las anteriores.

San Pedro de Verona

Margudgued celebra sus fiestas de invierno cada 17 de enero con hoguera en honor a San Antón y su fiesta mayor esta dedicada a San Pedro de Verona (29 de abril), con comida popular y reparto de tortas y vino. Es la llamada Caridad.San Pedro de Verona, patrón de Margudgued, nació en Verona en 1206 y murió cerca de Milán el 6 de abril de 1252. Sus padres eran adherentes de la herejía maniquea, la cual todavía subsistía en el norte de Italia en el siglo XIII. Enviado a una escuela católica y luego a la Universidad de Boloña, conoció ahí a Sto. Domingo y entró a la Orden de los Predicadores. Tales fueron sus virtudes, severidad de vida y doctrina, talento para predicar y celo por la Fe, que Gregorio IX lo hizo inquisidor general y sus superiores lo destinaron a combatir los errores de los maniqueos. Con tal encargo, evangelizó casi toda Italia, predicando en Roma, Florencia, Boloña, Génova y Como. Las multitudes acudían a verlo y le seguían a donde fuese, haciendo numerosas conversiones. Nunca dejó de denunciar los vicios y los errores de los católicos que confesaban la Fe de palabra, pero la negaban con sus actos. Los maniqueos hicieron todo lo posible por hacer que el inquisidor cesara de predicar contra sus errores y propaganda. Trataron de detenerlo con persecuciones, calumnies y amenazas.

Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos organizados. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración… Un día se desahoga ante un crucifijo: «¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?». Cristo Crucificado le dice: «Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?». Estas atribuciones que la tradición le dan, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas.

El 6 de abril de 1252, cuando regresaba de Como a Milán, cerca de la aldea de Barsalina, se encontró con un tal Carino, quien junto con algunos otros maniqueos había hecho un complot para asesinarlo. El asesino le golpeó con el hacha con tal fuerza que el santo cayó medio muerto. Lográndose poner de rodillas recitó el primer artículo del Símbolo de los Apóstoles y ofreciendo su sangre como sacrificio a Dios, humedeció sus dedos en ella y escribió en el suelo las palabras: «Credo in Deum.» El asesino entonces perforó su corazón. Su cuerpo fue trasladado a Milán y depositado en la iglesia de San Eustorgio, donde un magnífico mausoleo, obra de Balduccio Pisano, fue erigido en su memoria. Realizó tantos milagros en vida, pero fueron aún muchos más numerosos luego de su martirio, que el Papa Inocencio IV lo canonizó el 25 de marzo de 1953.

El Convento del Carmen o «Sanatorio»

Las primeras noticias que se tienen de la Iglesia y Convento son del siglo XVI. A un kilómetro de Boltaña camino de Margudgued, y a la derecha del río Ara se alzaba una iglesia llamada de Sancti Spiritus, por haberla poseído unos religiosos de este nombre, que luego desampararon. Hoy (1988) todavía podemos contemplar sobre la bóveda del altar mayor la pintura de una paloma, figura del Espíritu Santo. Otro detalle curioso que no podemos olvidar es que en el vigente callejero figura la dirección postal de la casa como calle del Espíritu Santo.

Sanatorio de Margudgued, antes de 1950
Sanatorio de Margudgued, antes de 1950

Pertenecía la Iglesia del Espíritu Santo a la diócesis de Barbastro, era obispo D. Diego Chueca, que proyectaba efectuar una fundación en la Iglesia de Ntra. Sra. de Bruis, que está en el sitio que llaman Tierra de Antona. No se pudo ejecutar este piadoso deseo. Pasó su Ilma. a Obispo de Teruel y antes de despedirse aplicó una de sus capallanías con tal que en Boltaña o en su comarca se fundase un convento de la Orden Carmeliana. Un señor hijodalgo de Boltaña, llamado don Miguel Sanchón, era el patrón de la Iglesia de Sancti Spiritus; interesado por la fundación y animado por el párroco del lugar, don Juan de Campo, ofreció a la religión el patronato de la Iglesia, sitio, casa y ayuda de trescientos escudos de limosna graciosa.

Por aquel entonces era obispo de Barbastro don Miguel Escartín. Tuvo alguna dificultad con la capellanía de Huesca, superadas éstas e informado por don Miguel Sanchón de la necesidad de religiosos en Boltaña y serranías cercanas para predicar y confesar, dió el permiso de fundación.

Por su parte, la orden del Carmen Descalzo planeaba una fundación en el Alto Pirineo Aragonés. Consultado el Provincial, Fray Juan de los Santos, envió dos religiosos a Boltaña para explorar el terreno, satisfechos, decidieron la fundación que se realiza el 2 de junio de 1651 contituyéndose una comunidad de 26 religiosos que abandonaron el convento en 1835 a raíz de la exclaustración. Entre el número de religiosos enterrados, unos catorce, destaca el venerable hermano Bartolomé de San Juan de la Cruz, cariñosamente llamado en la actualidad, Hno. Bartolo y al que tanta veneración se le tiene por la Orden Carmelitana.

Tras la desamortización, el Convento del Carmen se convirtió en villa particular. Cuando Lucien Briet llegó a Boltaña en 1907, «sólo pude comenzar mis recorridos después de asistir a una gran cena en casa de la señora del Val, así como a una agradable fiesta organizada por don Enrique Gistau -recientemente elegido diputado provincial- en su hermosa propiedad de Villa Carmen».

Posteriormente, el convento pasó a convertirse en hospital o sanatorio, a cargo de «La Quinta de Salud La Alianza».

Desde 2006, el Sanatorio es un hotel de lujo perteneciente a la cadena Barceló: el «Barceló Monasterio de Boltaña».