El Carril Bici en Barcelona

Hace ya bastantes años que suelo moverme en bicicleta por Barcelona (con el Bicing) de forma combinada con el metro, el tranvía y en moto.

Por las mañanas, suelo utilizar el larguísimo carril bici que recorre la Diagonal de punta a punta en un recorrido de unos 8 kms y me he dedicado a estudiar los diferentes tipos de usuarios que lo recorren:

    • Los chavales jóvenes que van en bicing eléctrico. Tienen pinta de ir a la universidad y suelen provenir del upper Diagonal por encima de Francesc Macià. Siempre van impecáblemente vestidos e imagino que no cogen la bicicleta convencional para no sudar.
    • Los usuarios de bicing clásico. Abnegádamente, recorren cada día la Diagonal porque consideran que ir en bici mecánica es una buena forma de hacer un poco de ejercicio y porque piensan que no vale la pena comprarse una bici propia porque te resta flexibilidad.
    • Usuarios con bici propia eléctrica. Probablemente son los más abundantes y los hay de todos los tipos. Suelen llevar desde minibicicletas hasta mountain-bikes con motor. Obviamente, ir con tu bici, te impide cambiar de planes, ir de compras al salir del trabajo o quedar con amigos, a no ser que quieras ir con la bici a rastras todo el día.
    • Los padres con bicis portaniños. Muy al alza, los hay desde los que van con bicis clásicas con la silla portaniños hasta los más psicodélicos que llevan vehículos de ruedas anchas y bastante largos que tienen pinta de ser caras y pesadas. En todo caso, la mayoría de los usuarios de este grupo son bastante hippie-pijos. Ya me endendeis… como los que viven por el Poblenou.
    • Los usuarios de patinete eléctrico. Generalmente son gorditos y gorditas entrañables a los que les da palo andar más de 3 metros por la calle sin ir motorizados. Los hay de todos los colores y nacionalidades pero eso si, van siempre super-abrigados, como si fueran al polo norte.

Y hay algunos más pero los dejo para un próximo post. Por si os interesa, yo suelo coger generalmente el bicing mecánico para ir a trabajar y el eléctrico para volver, pero sin una rutina fija establecida.

Alinear las puertas de Ikea

Me entusiasma Ikea. No tanto su extenso catálogo o el infierno de sus tiendas o el espacio de comidas sino la forma en que innovan en cada proceso y sobretodo la forma en que intentan mejorar el montaje de sus muebles para que cada vez sea más fácil y no haga falta ser ingenierio de la NASA.

La última sorpresa ha sido en la línea de armarios Platsa en la que no necesitas ninguna herramienta para montarlos: la unión de los cuatro lados del armario se realiza a presión y la madera posterior se une a la estructura con unas grapas de plástico (realmente no se como llamarlas porque son como una especie de taco al que después le pones una «chincheta» alargada también de plástico para fijarlo) que puedes poner con la mano. Muy brillante.

Las puertas ya son otra cosa, y aunque siguen estando a años luz de calidad de otras marcas de muebles supuestamente mejores, la tecnología asociada a su ajuste no ha evolucionado mucho en algunos años y sigue siendo uno de mis talones de aquiles cuando monto muebles.

Además, las instrucciones de ajuste vienen impresas en la bolsa de plástico que contiene cada una de las bisagras por lo que además de ser complicado leerlas a veces (sobre todo si has abierto la bolsa con los dientes y te has llevado un trozo del dibujo), si las quieres guardar junto con las instrucciones del resto del armario no es muy cómodo.

Alineamiento de las puertas de Ikea

Así que para que no se me pierdan, hoy he escaneado la bolsa para tener las instrucciones a mano para realinear las puertas a medida que el tiempo las vaya moviendo.

Pol y Blanca continúan creciendo

Como era de esperar, Pol y Blanca continúan creciendo y en cuatro meses ya tendrán 6 y 4 años respectivamente.

Pol y Blanca haciendo el canelón

Son super bromistas y se lo pasan pipa juntos haciendo travesuras. Ya hablan perfectamente catalán y castellano e incluso algo de inglés. La mayor habilidad de Pol se centra en las palabras, números, horas y mapas mientras que Blanca es una experta en comer y en construir cosas con sus piezas de colores.

Triathlon de Barcelona

Después de 9 años, hoy he vuelto a competir en una triathlon.

La verdad es que había entrenado bastante poco y el objetivo era terminarla por lo que estoy bastante satisfecho con el resultado: 3h 11′ 25». Ya se que no es ningún tiempazo pero estoy muy contento con el.

He competido en la modalidad olímpica que son 1.500m nadando, 40kms en bicicleta y 10km corriendo. En la primera transición me he entrenido un poco (10:04) entre sacarme el neopreno, ponerme protector solar y beber algo aunque tampoco era cuestión de estresarse.

El año que viene volveré.

¿Qué pasa con los armenios?

Además de visitar Georgia, este verano también he estado en Armenia: unos cinco días en Ereván y sus alrededores, además de atravesar medio país en coche desde la frontera de Guguti.

Armenia es un país mayoritariamente cristiano y está considerada como la primera nación del mundo en adoptar esta religión en el año 301. Esto por si solo no deberia explicar la antipatía que genera en una zona rodeada por países mulsulmanes como Azerbajan, Irán y Turquía, ya que Georgia es también cristiana y está en un situación muy diferente.

El pueblo armenio, al igual que el judío, forman parte de una tradición muy antigua que se remonta al siglo VI antes de cristo y que a lo largo de su historia ha gozado de momentos intermitentes de independencia. Durante dos milenios, han sido invadidos y desplazados varias veces, creando y manteniendo unos vínculos familiares y culturales muy fuertes ahí donde se encontraban.

Este hecho facilitó que las etnias armenias prosperaran en Estambul (no en el resto del Imperio Otomano) y que rápidamente se convirtieran en una especie de élite adinerada que generó envidias y un sentimiento anti-armenio por el hecho de ser «extrangeros cristianos» en un país musulmán donde cada vez tenían más poder y controlaban más estamentos. Fuera de la capital, en cambio, los armenios vivían en condiciones de pobreza y tratados como ciudadanos de segunda categoría.

Este hecho por si solo puede explicar el genocidio armenio perpetrado por el Imperio Otomano entre 1915 y 1923, en los albores de la creación de la actual Turquía, donde se estima que murieron alrededor de 1,5 millones de personas en un afán por eliminar a los infieles al Islam.

Tsitsernakaberd – Monumento a las víctimas del Genocidio Armenio en Ereván

Mi experiencia con los armenios durante estos cinco días ha sido buena. Es cierto que son bastante antipáticos y poco o nada amigables pero su comportamiento ha sido siempre muy correcto. La capital es moderna con un fuerte impacto soviético y con vistas exectaculares al Monte Ararat, de 5.137 m. en Turquía, donde se supone que se detuvo el Arca de Noé en el diluvio universal cuando las aguas comenzaron a descender.

Hoy en día existen comunidades armenias en muchos países del mundo pero principalmente en Rusia, Europa, Estados Unidos, Irán, Ucrania, Georgia, Líbano y Siria, debido a la gran diáspora armenia que comenzó en 1375 con la conquista del Reino Armenio de Silicia y que puede explicar que solamente 3.300.000 de los 12.000.000 de armenios vivan en la actual República de Armenia.

Ser feliz

Hace ya más de 16 años que sinteticé Las 8 Claves para ser Feliz y desde entonces he evolucionado bastante el pensamiento hasta llegar a una conclusión que permite explicar de forma sencilla el camino a la felicidad.

La felicidad es la ausencia de preocupaciones.

Fácil, ¿no?. Ya solo queda entonces aprender a eliminar nuestras preocupaciones o a gestionarlas de forma que no sean tales.

En mi caso particular es un poco más fácil porque siempre aplico un par de reglas clave:

    • Relativizar los problemas. Si puedes solucionarlos, los solucionas y si no puedes, símplemente, ignóralos. Vamos, que hay que ser un poco más pasotilla si quieres ser feliz.
  1.  
    • Preocuparse a su debido tiempo. Si vas a tener un problema en 3 meses, ya te preocuparás o lo solucionarás cuando llegue. No vale la pena comenzar a preocuparte antes. Esta regla está intimamente ligada con el concepto de «no hagas hoy algo que puedas hacer mañana».

En general, la gente más feliz no se estresa si llega justa al aeropuerto, cuando se acerca la fecha de entrega de la declaración de la renta, cuando no te suben el sueldo ni te promocionan o cuando tus amigos no te han invitado a una cena, símplemente por citar algunos ejemplos.

Hiroshima, de John Hersey

En 1946, John Hersey publicó un artículo periodístico en The New Yorker describiendo detalladamente como habían vivido el lanzamiento de la primera bomba atómica seis habitantes de Hiroshima. En 1985, casi cuarenta años después, se añadió un quinto capítulo que continuaba con la narración de la vida de los seis protagonistas.

Es probablemente uno de los libros más importantes que he leído en los últimos años por su rigor periodístico y porque se limita solamente a la descripción de los hechos dejando para el lector las opiniones y reacciones a lo que fue el bombardeo, el conflicto bélico, la ocupación americana posterior y la extraña conexión entre guerra y paz.

Sin ningún género de dudas, es un libro que deberías leer y sin el cual nuestro mundo actual se descontextualiza.

Tiflis (o Tbilisi)

Este verano he estado por Georgia, en el cáucaso, y como no en su capital, Tbilisi (Tiflis en español).

El que era hace 20 años el país más peligroso de Europa, hoy en día es un remanso de paz y tranquilidad por el que te puedes mover sin ningún tipo de problema en su capital y tambien fuera.

Llegué a Tiflis pensando que iba a ser el único turista y cual fue mi sorpresa al descubrir que chinos, rusos, indios, turcos, árabes y kazajos lo tenían medio «invadido» con sus cámaras fotográficas en una capital que no decepciona y que tienes multitud de rincones, museos y espacios que hay que visitar.

Fundada en siglo V, se convirtió rápidamente en un punto geoestratégico de la ruta de la seda reconvertida hoy en día en un importante cruce de gasoductos provinentes de Irán y Azerbajan.

El casco antiguo de Tiflis es una de sus joyas principales, salpicado por cientos de restaurantes y bares y agitado al anochecer por una vibrante multitud de jóvenes respira vida y energía. Desde la Fortaleza de Narikala (del siglo IV), la vista de la ciudad es impresionante igual que el fluir tranquilo del río Kura, el Puente de la Paz o el Parque Rike.

Vista de Tiflis y del rio Kura desde la Fortaleza de Narikala

Desde Tiflis hay multitud de tours de un día para ir a los picos más elevados del Cáucaso de más de 5.000 metros, visitar sus decenas de monasterios ortodoxos o degustar vino en las importantes zonas de producción vinícola de Georgia.

Eso sí, en verano hace mucho calor con temperaturas que llegan hasta los 45 grados con facilidad aunque sin humedad. La gente es un poco rancia pero correcta y pese a que pocos hablan inglés, no tuve ningún problema para entenderme y que me dieran de comer cada día.

Plaza Europa de Tiflis

Georgia tiene algunas disputas con Rusia en los territorios de la autoproclamada República de Abjasia, en el oeste, y en Osetia del Sur en su frontera norte. Ambas regiones, en territorio georgiano, son independientes de facto aunque no están reconocidas por más de 4 o 5 países en el mundo. Este hecho explica la total animadversión hacia Rusia pese a que es una de sus principales fuentes de ingresos por turismo y las fronteras están abiertas para transitar entre los dos países.