De culto

El otro día hablando con unos amigos discutíamos el concepto «de culto». ¿Qué significa exactamente que algo sea de culto?.

Aun recuerdo cuando fui al cine en el 2011 a ver Drive, una película que no puedes perderte, y me encontré un montón de gente con un palillo entre los dientes. Resulta que Ryan Gosling en la genial escena inicial conduce su coche durante unos cuantos minutos con un mondadientes en la boca (los 9 primeros minutos de Drive) para no quitárselo prácticamente en ningún momento durante el resto del film. La película de culto estaba servida.

Pero, y para mi, ¿Cuales son mi película, personaje, marca,… de culto?. Pues ahí va:

    • Mi película de culto: Sin duda alguna es la italiana «La grande bellezza» con un magnífico Toni Servillo bajo la dirección de Paolo Sorrentino. Es la película que tienes que ver antes de ir a Roma.
    • Mi personaje de culto: Es Abebe Bikila, el mítico etíope que ganó dos veces la maratón olímpica, la primera de ellas en Roma en 1960, corriendo descalzo y donde estableció la nueva plusmarca mundial en 2h 15′ 16».
    • Mi marca de coches de culto. Subaru es la elegida. Su motor boxer indestructible y su tracción total permanente en todos sus modelos hacen de la marca japonesa un mito casi eterno ajeno a modas y tendencias. Versión tras versión en todos sus modelos, Subaru se mantiene fiel a sus principios con una estética tradicional que gusta a bien pocos, entre ellos a mi.
    • Mi ciudad de culto. Viví en Verona dos años y he vuelto sistemáticamente a esta ciudad complicada pero fácil a la vez. Con una historia increíble y serpenteada por el Adige donde su Arena sigue conservando su pasado romano y su uso ancestral para entretener a las masas.
    • Mi carrera de culto. La «Carrera a la Peña Montañesa» ya no existe pero sigue remanente en mi memoria y en la de muchos corredores que durante unos años subíamos corriendo a la majestuosa Peña Montañesa en el Pirineo de Huesca. Su herencia la ha recogido la «Gran Trail Sobrarbe» con más kilómetros pero con mucho menos desnivel y probablemente con muchos menos heridos.
    • Mi marca de motos de culto. No invierte nada en publicidad y apenas tiene concesionarios pero si te haces con alguno de sus modelos scrambler serás prácticamente el úico llevando una Fantic Caballero en tu ciudad, ya sea de 125, 500 o 700cc. La marca italiana nacida en 1968 continúa íntegramente bajo capital italiano fabricando modelos de culto con su motor Minarelli.
    • Mi autor de culto. Esta categoría está muy reñida entre García Márquez, Houellebecq y Niccolò Ammaniti pero creo que me quedaré con este último por ser el menos mediático y el menos «traumatizado».
    • Mi libro de culto. Va a ser una decepción para muchos pero sin duda es el libro que he leído más veces y el que me ha inspirado más. Es «Breve historia de la química» del ruso-americano Isaac Asimov.
    • Mi objeto de culto. Nada hay que cuide más que mis zapatillas de running. Tienen que estar limpias y solo las utilizo para correr. Jamás se me ocurriría utilizarlas para ir de paseo, jugar a fútbol o andar por el monte. Me gusta ver como la suela se va desgastándo progresivamente y medir milímetro a milímetro como disminuye el taco de goma en cada uno de sus flancos por delante y por detrás.

Hasta aquí mis objetivos de culto. Algunos son muy míos y otros muy mediáticos como Bikila o Verona, pero así es la vida.

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