Una de las tradiciones más arraigadas por mi madre durante las Navidades era preparar el Erizo de Navidad, un insólito plato de entrante inventado por ella que consistía en forrar de papel de aluminio un melón y clavarle muchos palillos, en la punta de los cuales se ponían tomatitos, fuet, queso y pica-picas varios.
Mi hermano e Irene, siguen conservando esta tradición el día de San Esteban y este año no podía ser diferente y volvieron a servir el curioso Erizo de Navidad.
En esta ocasión, incluso había torreznos pinchados en algunos palillos.