Estas últimas semanas nos estamos dedicando a comer frutas y verduras y a extraer las simientes para luego sembrarlas en vasos de yogur. La tarea es más divertida de lo que parece, especialmente para Pol y Blanca.
Y ayer, de golpe, apareció de la nada una pequeña y delicada seta en uno de los vasos que alcanzó los 15mm en menos de 8 horas desde que nació. Estoy realmente asombrado.
El hongo es muy frágil y casi transparente en su sombrero aunque expone airoso su atractiva silueta (por favor, haced zoom) en un solitario espacio, donde ni siquiera ha aparecido aun ninguna planta después de casi dos semanas de sembrar un albericoque.
Después de buscarlo en Google, creo que se trata de una Coprinellus Curtus de vida muy efímera. Tanto que tres horas después de tomar la foto se secó y prácticamente desapareció. Afortunadamente, ahora perdurará para siempre en su fotografía.