Después de perder cientos o miles de horas navegando por Instagram, he decidido desinstalarlo de mi teléfono para invertir mi tiempo en tareas más provechosas. De momento no voy a borrar la cuenta ni eliminar las fotografías sino símplemente dejar de publicar y de merodear en cuentas de otros.
Es cierto que quizás no me entere de lo que hacen algunos de mis amigos o donde se han ido de vacaciones pero creo que podré vivir con ello.
Lo que me estoy pensando es en comenzar a utilizar más intensamente mi blog a través de la app móvil de WordPress para sustituir a Instagram como «cuaderno de bitácora» y que al fin y al cabo es para lo que lo cree hace ya más de 25 años.