Hace unas semanas estuve en Moldavia, mi país número 74. Entré al país desde Rumania por la frontera de Iasi porque me habían cancelado el vuelo a Chisinau por su cercanía a Ucrania y no había otro remedio si quería visitarlo.
Ciertamente no es un país que atraiga a muchos turistas, de hecho yo creo que actualmente no atrae a ninguno pese a que tiene mucho que ofrecer, es muy seguro y sobre todo muy barato. Moldavia es un país de vino, con muchas bodegas, cultivos y naturaleza.
La capital, para ser honestos, es bonita pero algo «austera». Pese a lo que podría pensarse, es una ciudad moderna y limpia, con restaurantes, parques y algunos edificios antiguos que recuerdan su pasado soviético.