Cuando era pequeño e íbamos al cementerio el día de todos los Santos con mis padres, mi madre siempre encontraba unos minutos para ir a ver un nicho muy viejo y olvidado en el Cementerio de Sant Andreu y me contaba que era de una amiga suya que había muerto hacía muchos años por culpa de un escape de gas junto a sus padres. La familia había terminado ahí y ya nunca más nadie había traído flores o mantenido sus tumbas.
He vuelto a revivir esta historia hoy al toparme con el recordatorio del entierro de tres miembros de la misma familia, que después de comprobar en la hemeroteca de La Vanguardia, he visto que habían fallecido debido a un escape de gas.
El suceso ocurrió el 8 de marzo de 1962 y la amiga de mi madre, Josefa Llanes Sopena, era la hija de los jardineros de una finca situada en Pedralbes en la calle Panamá, 21.
Mi madre vivía unas puertas más abajo en la misma calle y sus padres se ocupaban de la cocina y los coches de la torre de la familia Piera.