Este verano hemos descubierto la Cala Morell en Menorca. A veces puede costar aparcar, especialmente si llegas tarde, aunque no hay mucha gente pese a que la playa sea pequeña. La cala es ideal para nadar: aguas cristalinas y muy pocas corrientes y olas.
El acceso no es instantáneo y hay tres opciones: dejando el coche en la carretera que termina en la rotonda y bajando los 3 minutos de escalones que hay hasta la playa, bajando por la rampa de los coches (10 minutos) o aparcar en la zona de chalets y descender los 10 minutos de escaleras empinadas.
Es realmente una cala muy bonita y que merece una visita aunque se aleje un poco de las típicas calas más salvajes de la isla.
Nosotros fuimos con Pol y su carrito y aunque no es excesivamente fácil entre dos personas se pueden sortear todos los obstáculos.