Cada día me resulta más placentero salir a correr sin un circuito fijo e improvisando a cada calle o manzana dependiendo de si el semáforo está rojo o verde, de si me interesa lo que hay al final de la calle o de si es subida o bajada.
Al final, sales con la idea de correr 10 o 20 kms y los acabas haciendo sin que se te hayan hecho pesados y además descubriendo nuevos sitios por los que no has pasado nunca.
Hoy, por ejemplo, he salido a primera hora en Barcelona y he acabado descubriendo la calle Torrent de Melis, el mirador de la Parroquia de la Mare de Deu de Montserrat, el Mas Guinardó y los descampados y huertos que hay detrás del a Parroquia del Sagrat Cor del Poblenou.