Ya hace algo más de 3 años que pisé por primera vez Newcastle, donde Sage, la empresa en la que trabajo, tiene su sede central, y donde suelo estar entre 2 y 3 veces por mes.
La ciudad es fría a más no poder pero tiene un encanto especial que la hace bastante atractiva junto al espectacular río Tyne y sus numerosas casas y mansiones antiguas rodeadas por frondosos prados y bosques a pocos kilómetros de Escocia.
La ciudad fue fundada por los romanos en el siglo II aunque fue destruida varias veces hasta que en el 1080 Robert Curthouse construyo el castillo conocido como «Castillo Nuevo» del que tomó el nombre posteriormente la ciudad (Novum Castellum o New Castle).
Durante los últimos 200 años, Newcastle ha sido un importante centro industrial en Inglaterra en parte por las numerosas minas de carbón que había y por la potente industria naviera. Hoy en día una cierta decadencia se ha apoderado de la ciudad la cual sigue conservando rincones llenos de historia como el Victoria Tunnel (de 4 kms) o su Castillo.