El pasado 27 de mayo competí en la Half-Challenge Barcelona-Maresme en Calella, una triathlon con distancia de medio Ironman que incluye 1,9 km de natación en el mar, 90 kms de ciclismo y 21 kms de carrera.
Arrancó la prueba a las 8 de la mañana aunque nosotros (José Luis y yo) no salimos hasta las 9. Una hora y cuarto antes habían cerrado ya la zona de boxes por lo que anduvimos por la playa vestidos con el neopreno hasta que fuimos llamados para entrar en la zona de salida.
Con el mar totalmente plano y con el agua algo fresquita, se dio inicio a la disciplina que peor llevaba preparada. El principal peligro que veía en toda la prueba era que me quedase fuera de tiempo nadando (había un máximo de 1h 15′) pero ya en la boya más alejada cuando me dijeron que llevaba 22′ vi claro que no tenía de que preocuparme. Llegué a la playa con 49 minutos entre las últimas posiciones y tras una transición relajada, casi 10 minutos, llegó el momento de montarse en la bici.
Con la perspectiva de 90 kms por delante, me tomé la primera hora muy relajadamente pero viendo que andaba bien de fuerza comencé a apretar un poco antes de finalizar la primera vuelta al circuito Calella-Mataró-Calella. El sol picaba fuerte y en cada avituallamiento caía un botellín entero para contrarrestar el sudor. Los primeros 60 kms me mantenían bien por lo que definitivamente y con la perspectiva de que pronto comenzaba la carrera, decidí incrementar el ritmo y así lo mantuve hasta llegar nuevamente a la segunda transición con un total de 3h 10′ 07». Como que no llevaba calas, la transición fue muy rápida, 1′ 09», y me puse a correr.
Eran la una y pico y la temperatura se acercaba a los 30º. Llevaba algo más de 4 horas de prueba y pese a que los 3 primeros kms corriendo parecía que estaba fuerte, muy pronto comenzaron las rampas en los cuadríceps y todo el cansancio se me vino encima. En el km 5 apenas me movía pero el ver a José Luis a lo lejos me dio algo de fuerza y en el km 7 me puse a su altura. A las dos de la tarde, y sin ninguna alternativa para resguardarse del sol, el ritmo de carrera se fue frenando hasta el km 17 en el que atisbando ya la línea de meta y sin necesidad de reservar más, incrementé el ritmo (no se ni como, porque no tenía ya fuerzas) y terminé la media maratón con un tiempo patético de 2h 22′ 43».
El tiempo total fue de 6h 32′ 33» en un día verdaderamente feliz, épico y memorable en el que hice realidad otro de mis deseos de la Lista de Deseos.