En 1992 Víctor, José Miguel y yo creamos Arvisa (cuyas siglas eran las iniciales de nuestros apellidos: ARoca-VIcente-SAmpietro). La idea era ganar dinero con lo que habíamos aprendido en la universidad (?!). Planeamos muchas cosas, entre ellas el sistema de conexión de calculadoras a ordenador por un 10% de coste que tenían las interfaces comerciales, pero hicimos muy pocas: sistemas electrónicos «a medida» para estudiantes (quizás para sus prácticas y proyectos de fin de carrera…) y tres decodificadores de datos para emisoras de radio que permitían la recepción directa de imágenes de satélite, RTTY y televisión de barrido lento. Hoy, me he deshecho de un montón de trastos «electrónicos», entre ellos, un prototipo digital increible que permitía transmitir un código de llamada DX de forma automática y repetitiva conectado a un emisor de rádio.