Siguen creciendo y en nada se va a plantar Blanca en los 5 años y Pol en los 7.
Continúan igual de simpáticos, guapos y traviesos que siempre, cada vez más listos y despiertos.
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Siguen creciendo y en nada se va a plantar Blanca en los 5 años y Pol en los 7.
Continúan igual de simpáticos, guapos y traviesos que siempre, cada vez más listos y despiertos.
Después de 15 años por Twitter (o X), ayer decidí irme.
Lo había utilizado para informarme y seguir lo que iban haciendo o pensando algunos de mis amigos, pero progresivamente se ha ido marchando todo el mundo y al final solo han quedado cuatro bots fascistas y el pesado de Elon Musk.
Un dato que lo explica todo: cuando publicaba cualquier cosa, de los 2.000 followers que tenía, no más de 60 u 80 leían mi publicación, y eso después de una semana. Poco a poco se ha ido yendo todo el mundo hasta convertirse en la misma caricatura que encarna Musk.
Fue ayer también que abrí una cuenta en Bluesky, la réplica a X creada por Dorsey, el inventor de Twitter, hace unos 3 años y cuyo objetivo es convertirse en una red descentralizada que no pueda ser comprada y que opere de forma independiente y autónoma. Leía esta mañana que solamente ayer se dieron de alta más de 1 millón de usuarios. No está nada mal.
Mi perfil en Bluesky es @albertsampietro.
El titulo que Hartmut Lange dió a esta obra fue Margarita Achternach pero por alguna razón que desconozco, en la edición de Seix Barral de 1979 para España se cambió por la de La isla de los Pavos Reales.
La prosa poética de Lange envuelve de principio a fin esta corta novela, triste y de abatimiento constante que empieza como termina, sin esperanza, con un amor imposible de conseguir, un padre que intenta controlar la vida de su hija y la locura perenne como fondo común de esta.
Termina la última página y resulta inevitable pensar en el porqué Merten no luchó por lo que quería y porqué se dejó llevar por el lánguido fluir de la desidia y de la contradicción permanente del padre. Frau Mielke, la asistenta de la familia, adorna la novela con su inquietante y triste presencia, siempre a las órdenes del padre o de la hija sin que la esperanza logre desempañar ni un solo segundo la tristeza que impera en la casa.
Abandonar los sueños imposibles los hace aun más imposibles porque solo el atrevimiento, la osadía y la perseverancia tienen la magia de convertir todos los sueños en realidad. Esa magia que cuando la controlas, te hace invencible e inmortal.
Desde que era pequeño sabía que había un gramófono muy antiguo en la casa de La Gornal de mis abuelos maternos. Recuerdo poniendo discos en un dispositivo que iba con una manibela y que no necesitaba de electricidad ni pilas para escuchar música y de las agujas que se tenía que ir cambiando cuidadosamente para no rallarlos.
Cuarenta años después, me he traído a casa el gramófono, lo he limpiado, he apretado algún tornillo y ha vuelto a sonar. Además también me he traído la colección de 17 discos con anotaciones del año, con una canción por cara.
El gramófono es de la marca The Gramophone Company Ltd., ubicada en Hayes en el antiguo condado de Middlesex en Inglaterra. Hoy en día, Hayes pertenece al barrio de Hillingdon en Londres.
The Gramophone Company Ltd. era además la propietaria de una de las primeras discográficas, His Master’s Voice o La Voz de su Amo, en español. En el gramófono aparece el nombre de la discográfica en inglés pero en algunos discos que tengo está en español. Además también hay discos de otras discográficas como Odeón (1951), Columbia (1946), MGM (1949) y Decca.
Al abrir el gramófono, hay una etiqueta metálica con el nombre de la tienda donde posiblemente se adquirió el gramófono: «Hijo de Guillermo Puig S. en Calle Pelayo, 14 – Sucursal Ronda San Pablo 68-70 – Barcelona«. Buscando un poco en hemerotecas he encontrado algunos anuncios de la tienda alrededor de 1930.
Investigando un poco, creo que el modelo pudo ser comprado alrededor de 1930 y lo que no me queda claro es quién lo hizo. Se me hace difícil pensar que fueran mis abuelos porque nunca nadaron en la abundancia y es probable que quizás fuera un regalo de los dueños de la casa de Pedralbes donde servían (mi madre abuela cocinaba y mi abuelo era chófer).
El sábado pasado, aprovechando la visita de Jason Hensley a Barcelona, lo sacamos a conocer un poco del extraradio de Barcelona y lo llevamos a visitar las Tres Xemeneies de Sant Adrià del Besós que temporalmente alberga una de las sedes del Manifesta 15.
Las Tres Xemeneies, con más de 200 metros de altitud, funcionaron como central térmica para la generación de electricidad desde 1973 al 2011 en que comenzó su desmantelación.
Hace unas pocas semanas se abrieron al público por primera vez en sus historia y Pol y Blanca disfrutaron recorriendo sus amplios pasillos y participando en un taller para niños en el que pudieron dibujar lo que se ve en la imagen.
La creación de Blanca son las dos casas, la flor y la ardilla voladora (sí, es efectivamente una ardilla) mientras que Pol dibujó lo que parece un aeropuerto con la carretera que conduce a las casas de Blanca.
Esta mañana, con Pol y Blanca, hemos salido a explorar un poco las montañas del Ordal, junto a la N-340, cerca de la población de El Pago, en el término de Subirats.
En concreto hemos llegado hasta la Riera dels Vidriers y siguiendo el ancho camino hemos ido pasando por diferentes barracas de piedra seca hasta llegar a la Barraca de la Riera dels Vidriers. Hemos dejado el coche en este punto.
Las barracas de piedra seca son pequeñas construcciones muy extendidas a lo largo de todo el Mediterráneo y especialmente en el Garraf, Alt i Baix Penedés, Baix Camp y Tarragonés, en Catalunya. En la zona de Subirats, donde hay catalogadas 159 barracas en buen estado, son prácticamente redondas, con piedras ensambladas sin utilizar cemento o barro y con un tejado enlosado que suele estar coronado con tierra sobre el que últimamente se han sembrado lirios.
Se han utilizado desde siempre para resguardarse de la lluvia, dormir, guardar aperos de labranza e incluso para dejar animales.
Haciendo ayer limpieza de la casa de Gornal (Castellet i la Gornal), mi hermano y yo nos encontramos con la vieja despensa de mi madre donde casi 10 años después de morir aun tenía algunos frascos de manzana en almibar que hacía ella con las frutas del campo de mi padre.
La casa es muy vieja, al menos 100 años, y la despensa se ubica en la antigua letrina donde cuando éramos pequeños solo había un banco largo de madera con un agujero en el medio y una tapadera de madera.
En mayo de 2015 activé la función de Cronología de Google Maps. En los últimos 9 años, siempre según Google, he estado en 31 países y 487 ciudades. He ido a 989 restaurantes, 60 aeropuertos diferentes y 267 hoteles.
Y ahí es donde quería yo ir. Totalmente heredado de mis padres y de su política de «si es gratis, me lo quedo, lo necesite o no», las amenities (no se como se dice en español) del baño, las cápsulas del café, el te y los chocolates solubles son incluso hoy en día una tentación cada vez que dejo un hotel. Lo único que me suelo llevar son las pastillas de jabón, si son aceptáblemente bonitas, porque en casa sigo utilizándolas frente a los jabones líquidos.
Lo que sí centra mi atención son los blocs de notas, libretas y bolígrafos. Mis hijos andan siempre escribiendo y dibujando y tener a mano trozos de papel es muy útil. Mi debilidad por los boligrafos es algo especial.
La verdad es que solo utilizo bolígrafos para la lista de la compra que tengo pegada en la puerta de la nevera. En el trabajo, soy un muy feliz usuario de Remarkable desde hace ya 3 años y de Google Keep para mis cosas personales.
Pese a todo, suelo llevarme los bolígrafos de los hoteles si son cómodos y escriben bien, muchos de los cuales terminan en las manos de Pol y Blanca.
Después de toda esta larga introducción y contextualización, ha llegado el momento de saber cual es el mejor bolígrafo de hotel. El agraciado de entre los 267 hoteles en los últimos 9 años es el London Bridge Hotel, junto a nuestra oficina del Shard en Londres.
La razón de tan importante distinción es la suavidad con la que escribe. No recuerdo haber usado nunca un bolígrafo que sea tan cómodo y que prácticamente escriba solo. Ni siquiera comprándolo, he sido capaz de encontrar una punta tan suave que hace que la tinta se deslice como por arte de magia sobre el papel.
Además, el trazo es contínuo y uniforme, algo que siempre es muy agradable tanto cuando escribes como cuando lees. En la foto superior he hecho un poco de zoom para ver el detalle de su punta.
Si teneis la oportunidad de pasar por ese hotel en Londres, pedid un boli. No os arrepentireis.